Capítulo 2.

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Todos los días el profesor y la alumna cruzaban miradas. De esas miradas que prácticamente con sólo verlo ya le habías hecho el kamasutra completo una y otra vez a X persona.

La alumna siempre lo saludaba con un beso en la mejilla. Y ella le paraba no sólo el corazón. Y ella lo sabía muy bien. Simplemente le encantaba poner al profesor así. Y siempre que lo saludaba se iba con una sonrisa triunfante.

Mi Cachondo ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora