"Rich.
Tú que siempre cuidaste de mí: Me diste un techo, comida y donde dormir. Tú que moriste en vida para que yo viviese...
¿Qué debo decir en una situación así?
Yo, muriendo lentamente en una cama de hospital y tu todos los benditos días trayendo cada día una flor distinta para adornar la maldita mesa junto a la camilla.
Cada día la medicación es más fuerte y mis horas de sueño se alargan y solo quedan sueños en donde estoy contigo: Donde sueño una vida junto a ti: Viviendo la vida otra vez y me hace preguntarme cómo sería todo de habernos conocido en diferentes circunstancias, en diferente tiempo; Quizá hasta en otra vida.
Han sido varias veces en las que te he escuchado llegar a verme pero, por más que lo intentará, yo no podía abrir los ojos; Entonces tú creías que yo dormía pero, yo te escuchaba hablarme, te escuchaba hacer promesas al aire, te escuchaba decirme que me amabas como jamas habías amado a otro ser.
Realmente yo lo siento, sé que mi cuerpo es débil al igual que yo; Sé que todo acabara pronto, y en un abrir y cerrar de ojos yo ya no estaré contigo.
Lo siento, lo siento, de verdad. Perdóname por llenar de lagrimas esta carta... Y gracias, gracias por llenar un corazón vació al amar a un ser como yo: Me hiciste sentir querido, amado, feliz.
Vive, que mi ausencia no sea motivo para detenerte.
Eres grande, mucho más que yo, y no tengo duda de que habrá otra persona que logre quererte mucho más de lo que te ame yo.
Aquel que amaste, Killer."
