𓏲 05: Extraño

5.1K 492 45
                                    

────────── ♡ ──────────

Hoy era el día en el que Chaeyoung podría ir a recoger a Mina y a su hija, Chaemi, al hospital, para traerlas de vuelta a casa.

El doctor le había indicado que luego de algunas días del nacimiento de la pequeña, Mina ya podría irse. Y luego de hacer que el doctor y el hospital firmara un contrato de confidencialidad para así no arriesgarse a que esto fuera vendido a la prensa, ambos hablaron de las recomendaciones que Mina tendría que seguir de ahora en adelante.

Así que aquel día Chaeyoung se levantó muy temprano por la mañana, para poder llegar a tiempo, y así observar lo más pronto posible a las dos mujeres más hermosas que la vida le había podido conceder.

Para su fortuna, la pequeña Chaemi había nacido muy saludable. "Se nota que será una niña muy fuerte", fueron los palabras que aún provocaban en Chaeyoung, una gran sonrisa al recordarlo

— ¿Amor? — llamó Chaeyoung a la par que entraba a la habitación en donde estaba Mina y Chaemi, esta última se encontraba dormida sobre el pecho de su madre

— Buenos días — Fue lo que dijo Mina en un casi susurro.

Chaeyoung entendió que debía hacer silencio para no despertar a Chaemi, así que comenzó a acercarse a ella con cuidado de no despertarla. Mina no pudo evitar sonreír al observarla.

— ¿Ya podemos ir a casa? — Preguntó la japonesa y Chaeyoung asintió sonriendo

— Si, ya podemos ir a casa

La más baja de ambas tomó el bolso que Mina había estado utilizando durante su estadía en el hospital y se lo puso al hombro junto con la mochila que contenía algunas prendas y cosas de la pequeña; como baberos, pantalones y politos.

Ambas se miraron y luego salieron con una sonrisa inigualable, ¿y es que quién no? si ahora ya tenían a una pequeña hija la cual amarían y cuidarían toda su vida.

Cuando salieron del hospital, Chaeyoung corrió hacia el auto y guardó rápidamente las cosas en la parte trasera de este para luego ayudar a Mina quien sostenía aún a Chaemi en sus brazos.

— Sujétala mientras subo y luego me la das, ¿si? — Indicó la mayor intentando entregarle la pequeña a Chaeyoung, la cual negó rápidamente — ¿Que ocurre? — preguntó confundida

— ¿Y si la dejo caer? No puedo Minari — Mina sonrió por lo tierna que sonó Chaeyoung.

— Amor, no lo harás — trató de persuadirla, pero Chaeyoung siguió negando — Bien, solo abre la puerta, boba — la coreana estaba vez asintió y abrió la puerta para que Mina y su hija subiesen al auto.

Cuando hicieron esto, la menor se aseguró de que Mina estuviera cómoda y luego cerró la puerta para poder rodear el auto y subir al asiento del conductor.

Durante el transcurso de regreso a casa, Mina podía jurar que Chaeyoung, cada vez que se le daba la oportunidad, volteaba a observar por breves segundos a ella o a su pequeña hija.

Sin embargo no dijo nada porque ella también hacía eso.

Cuando cuando llegaron a casa, Chaeyoung no pudo evitar el sentirse algo extraña, sensación que Mina logró percibir cuando la vió

— ¿Chaeng? — la llamó y la menor la miró esperando a que continuara — ¿Todo está bien?

Los repentinos cambios de actitud que la coreana había estado teniendo, lograron despertar una cierta inseguridad en Mina

Temía mucho el que a esas alturas, tal vez, Chaeyoung ya estuviera arrepintiéndose de todo, era demasiado tarde pero, el sentimiento era inevitable

— Es extraño Minari — la voz de Chaeyoung hizo que posara su total atención en ella.

La coreana siguió mirando hacia adelante, si bien era cierto que el auto ya se había detenido, ninguna de las dos había abandonado el vehículo

— ¿Que es extraño? — Preguntó temerosa

— Todo esto es extraño. ¿Te das cuenta que ahora somos una familia?— Mina la miró confusa — Tenemos una hija, Minari. ¡Y aún me resulta increíble!

La forma en que lo dijo, su sonrisa tan sincera, su alegría, el entusiasmo notorio en su voz, sus expresiones; todo indicaba lo increíble y fascinada que se sentía Son Chaeyoung.

Y ya no tenía dudas sobre ello.

— Ahora somos, y siempre seremos una familia, Chaeng — Dijo la mayor — Tú, yo y por supuesto este angelito — miró a Chaemi la cual estaba dormida y acurrucada entre la manta amarilla

Luego de juntar sus labios en un cálido pero corto beso, y sin borrar sus sonrisas, ambas bajaron del auto para luego entrar a su casa.

Chaeyoung dejó las cosas utilizadas a un lado, y siguió a Mina la cual se dirigía a la habitación, caminando con mucho cuidado de no tropezar

— Vaya, es increíble que esté todo en su sitio — Mina no pudo evitar soltar aquella frase al ver que la persona más desordenada que conocía, Son Chaeyoung, tenía todo perfectamente ordenado y acomodado

— Que te puedo decir, bonita — sonrió y elevó sus hombros presumiendo

Mina iba a seguir molestándola de no ser por el llanto de la pequeña Chaemi, la cual las sacó de aquel momento.

Chaeyoung se acercó a ellas dos mientras Mina mecía a la menor en un fallido intento por intentar que dejara de llorar

— ¿Que hacemos, Minari?

La voz tan angustiada y su ceño fruncido, le indicaban a Mina que Chaeyoung estaba realmente preocupada.

— Cárgala, amor — fue la respuesta de Mina — Vamos pequeño tigre, es tu hija y no podrás evitarla para siempre — La nipona rodó los ojos de una manera divertida al ver cómo Chaeyoung abría los ojos ante la sorpresa.

La coreana, sin más alternativa, asintió, y se acercó a su hija con pasos muy lentos, para luego, con mucho cuidado y con ayuda de Mina, poder cargar por fin a su pequeña y hermosa princesa

Chaeyoung aún no estaba muy segura de cómo sostenerla, así que se movía de vez en cuando para poder encontrar la posición más cómoda para su hija, sin embargo, lo que no sabía era que Mina acertó; la bebé había parado de llorar

────────── ♡ ──────────

 ❝Madres❞  || Michaeng [G!P]  [Saga: Mamis] [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora