El Hijo del Dueño

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Deslinde de responsabilidad, el copyright y la marca registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros; y, en su caso, de J.K. Rowling.

Este one shot es parte del Drinny-Con 2019, organizado este año por la página de Facebook Drinny All The Way.

El Hijo del Dueño.

La vida cotidiana seguía avanzando mientras ella se estaba quedando estancada, hacía siete meses que había terminado su relación con Harry Potter, el mejor amigo de su hermano Ron, que l chico perfecto que tenía todo para ser una estrella del soccer, pero había decidido convertirse en investigador, todo porque su padre había sido uno.

No es que estuviese llorando todo el tiempo, o que se quedara sobre su cama, sin ganas de salir, o comiendo toneladas de helado, su vida cotidiana seguía. Pero no siempre la soledad y la tristeza se demuestran, a veces es tan profunda como un dolor de huesos, o como una ida al dentista, te hacen sonreír, pero te sientes incomoda, así era la vida de Ginevra Weasley desde hacía siete meses.

Su madre le había dicho que ese tiempo había sido suficiente para cerrar el ciclo, no era cierto ¡Él la terminó tres días antes de su boda! No es como si hubiese sido un noviazgo corto, si hubiesen durado meses o un año, comprendería que el duelo habría terminado en el tercer mes, pero, ellos habían comenzado a salir cuando ella tenía dieciséis años, y se habían comprometido cuando cumplió los veinte, tres años de compromiso, terminados porque él se dio cuenta de que ella no era la mujer de su vida, lo agradecía, mejor tarde que nunca, hubiese podido romper con ella cuando comenzó a enamorarse de la otra persona, pero no fue así, fue cuando realmente descubrió que su vida sin Pansy Parkinson, no sería nada.

Huyeron a América al día siguiente, a casarse en Las Vegas.

El silbato la atrajo de nueva cuenta al entrenamiento, se había quedado sumergida en sus pensamientos gracias a la monotonía de los movimientos que había estado haciendo.

"Bueno, chicas, como todas saben, el equipo fue vendido hace unos días". Habló Leila. "Con él, las fuerzas básicas". La felicidad en la voz de la mujer le hizo levantar la vista.

Un chico rubio y de ojos grises estaba de pie a Leila, con un semblante aburrido y petulante, lo odio tan solo de verlo, odiaba a las personas que se creían mejor que las demás solo por tener más dinero.

"Mi padre me ha enviado aquí, porque piensa que en lugar de comprar buenas jugadoras, alguna puede salir de aquí, aunque lo dudo". Admitió sin una gota de vergüenza o disculpa en la voz.

"Él estará personalmente supervisando los entrenamientos, y ayudándome con algunas de sus ideas". Aplaudió Leila, intentando contagiar su entusiasmo pero no funcionó.

"Comiencen a trotar". Ordenó el rubio, pero ella levantó la mano.

"Sí, Weasley". Le dio la palabra Leila.

"¿Quién demonios se supone que es él?"

"Su padre es el dueño". Repitió la mujer y varias rieron de lo estúpida que había parecido.

"Ajá, pero..." Todas reían y él soltó una risa de superioridad.

Ginny se detuvo en su frase, puso los ojos en blanco y comenzó a trotar, pudo escuchar al rubio regañar a las demás, por seguir ahí, pero no fue suficiente humillación para las demás como lo fue para ella.

El Hijo del DueñoWhere stories live. Discover now