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Hay muchas cosas importantes en la vida de Wei Wuxian.

Le importa su familia, le importa que se mantengan seguros y saludables. Le importa el conejo que se esconde detrás de la facultad de derecho, le importa la clase de teoría del delito, porque está al borde de ser expulsado por el profesor.

Le importa su compañero de asiento. Le preocupa que casi no hable, le preocupa que coma y haga los trabajos solo. Le importa Lan Wangji, porque sabe que también se preocupa por él, aunque no quiera admitirlo. Le importa que Lan Wangji algún día llegue a odiarlo, porque su mente no concibe la idea de estar separado de él.

En algún punto, recargar su cabeza en el hombro de Lan WangJi era tan fácil como respirar. Y tan satisfactorio como un vaso de agua tras un día de sed.

Hay muchas cosas que a Wei Wuxian le importan. Hay tanto espacio en su corazón para lo que ama que a veces se le olvida que es así.

Wen Ning había sido, por mucho tiempo, su mejor amigo. Estaba convencido que no habría día en que tomaran caminos diferentes. A veces Wei Wuxian olvidaba que no toda la gente tiene buenas intenciones, pero no esperaba que de hecho, Wen Ning también fuera así.

Wei Wuxian se culpa un poco por lo que sucedió.

Desde que entró a la secundaria, se había hecho cercano al menor de la familia Wen. Una familia poderosa pero de mala reputación, Wei Wuxian decidió que eso no importaba a la hora de hacer amistad con alguien. Había ido en contra de Jiang Cheng más veces de las que puede contar con tal de defender a Wen Ning de las ofensas sin fundamento que recibía en los pasillos o en las calles.

A cambio, Wen Ning ofrecía su casa siempre que Wei Wuxian tenía problemas con su madrastra, sentándose con él en el frío suelo de la habitación mientras lo dejaba llorar hasta calmarse, en completo silencio.

Wei Wuxian creía que era la amistad más pura que podía existir.

Se había equivocado.

Poco después de terminar la secundaria, su relación con Yu Ziyuan había mejorado. Los Jiang se habían vuelto una familia de verdad para él y en el transcurso, dejó de frecuentar la residencia Wen. Lentamente, su relación con Wen Ning comenzó a volverse distante e incómoda; como si algo hubiera dejando de encajar en cuanto Wei Wuxian encontró la felicidad junto al amor familiar.

Wen Ning había comenzado a meterse en más problemas de los que debería, y Wei Wuxian estaba completamente cansado de intervenir a su favor. Ahora eran adultos, y por mucho que le gustara hacerle bromas a sus compañeros, comprendía que no podía seguir comportándose como un niño.

Wen Ning parecía atascado en un pasado de peleas y tensión.

Wei Wuxian solo quería seguir adelante con su vida.

Es por eso que, cuando Yu Ziyuan le gritó que no era parte de la familia, no supo cómo reaccionar ni a quien recurrir. Hacía poco se había peleado con Lan Wangji, y si no estaba para él, ¿Con quién más podría hablar?
Pese a las apariencias, no había muchas personas a su alrededor que pudieran extenderle una mano y brindarle apoyo.

Wei Wuxian estaba acostumbrado a lidiar con sus problemas solo, estaba acostumbrado a repartir sonrisas y saludos a todos que a veces olvidaba que saludarse por los pasillos no significa amistad.

Wei Wuxian llegó a la dolorosa conclusión de que en realidad, no tenía amigos.

Antes de que el pensamiento pudiera calar más hondo dentro de él, un toque suave en su hombro lo había hecho voltear.

— A-Ying, ¿Estás bien?

El tono preocupado en la voz de Wen Ning lo reconfortó. Frente a él, estaba el que alguna vez fue su mejor amigo preguntando por su estado emocional.

Sólo una mirada » WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora