Capítulo 1

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02 de junio del 2019
Tuve un largo viaje en automóvil, fueron más de doce horas de camino desde Texas hasta Los Ángeles, todo el día el sol pegaba fuertemente por la ventana.

Atravesar las zonas desérticas de medio país en las horas más calurosas del día han sido una de las peores ideas que se nos pudo ocurrir.

Todo el tiempo el sol estuvo pegando en mi ventana provocándome un terrible dolor de cabeza, pero el martirio acabó después de las cinco de la tarde, pues el sol comenzaba a ponerse en el horizonte y la temperatura había descendido notablemente.

Emilia, Liam, Niall y yo llegamos a la casa de la tía de la pelirroja en Malibú.

Cada segundo que transcurre me recuerdo que este viaje improvisado está siendo un desastre.

Lo único que tenemos planeado es el lugar donde nos quedaremos todas las vacaciones ya que Liz, la tía de Emilia se fue con su familia a las Maldivas y necesitaba quien cuidara de la casa, además de el hospedaje no tenemos otra cosa unos cuantos dólares, un auto con escasa gasolina y una alacena vacía.

Camino por la casa mientras le doy un vistazo, es muy grande: tiene un ventanal de vidrio que sustituye una de las paredes dándonos una impresionante vista al mar, está adornada en colores neutros, los techos son altos y tiene unos sillones mullidos de color crema con afelpados cojines en intensos tonos de azul, sin pensarlo me dejo caer sobre ellos y segundos después otro cuerpo decide hacer lo mismo, sólo que en lugar de caer sobre los almohadones, cae sobre mí.

—Liam, me estás aplastando.

El chico de tez morena se mueve encima mío dificultándome la respiración y haciéndome sentir asfixiada.

Lo empujo con algo de fuerza pero es inútil cualquier esfuerzo, él es bastante pesado. Liam es musculoso y de hombros anchos así que apenas si logro moverlo unos cuantos centímetros antes de que vuelva a ponerse sobre mí.

—Si tuvieras cabello lo jalaría tan fuerte que se desprendería de tu cabeza.

Logró decir con la voz tensa y ahogada.

El castaño con cabeza de micrófono deja salir una ronca carcajada y gira su rostro quedando a centímetros del mío, sus ojos castaños brillan bajo las luces y una torpe sonrisa se asoma en mi rostro.

Nunca ha sido un secreto la atracción que existe entre nosotros, Liam siempre me ha parecido guapo, él es exactamente mi tipo; es moreno, es alto pero no enorme, musculoso, con unos lindos ojos oscuros, cejas gruesas y mucho sentido del humor.

El único problema que impide que Liam y yo demos el siguiente paso es su hermano: Jared, quien fue mi primer novio y hasta ahora el único que he tenido desde la preparatoria.

Y claro, también nuestra amistad de más de siete años que no queremos echar por la borda solo por una calentura del momento, así que, después de hablarlo decidimos que estamos bien siendo amigos.

—No estoy pelón, sólo tengo el cabello corto, no como los vagabundos que a te gustan, con su cabello estilo Rapunzel.

Liam se mueve de encima mío y me regala una encantadora sonrisa que le devuelvo al instante. Me quedo unos segundos admirándolo, su aspecto de chico bueno siempre se evapora cuando pone esa mirada seductora en su rostro y su encantadora sonrisa de te voy a llevar a mi habitación, eso último son palabras suyas, no mías, obviamente.

—¿Estás imaginándome desnudo, Leoncita?—Liam se burla de mi mirándome con una ceja alzada y dejando salir una carcajada suave, Emilia y Niall se unen a las risas mientras yo le envío una mirada desconcertada y molesta.—No me mires así Leona, no encuentro alguna otra razón lógica a esos ojitos viéndome con añoranza.

—Nunca, ni en tus sueños más salvajes te imaginaria desnudo, Liam.

Estaba mintiendo, mentía más que nadie y lo hacía descaradamente, yo había pensado en Liam muchas veces, con o sin ropa, pero vamos ¿quien no lo haría?

Liam es muy confiado porque sabe que tiene un buen cuerpo y una excelente actitud, él podría tener a quien quisiera.

—Lo que digas, Leona.

—No me digas Leona.

—Leona, Leona, Leona, Leona.

—Te dije que no me diga Leona, Liam.

Le grito mientras me acerco a él, a punto de abalanzarme y arrancar sus inexistentes cabellos de su cabeza de micrófono.

—¡Niños, niños!—Se escucha una pequeña pausa.—¡Chicos, les estoy hablando!—Niall nos grita y ambos volvemos nuestra mirada hacia él.—Si quieren matarse, háganlo fuera de la casa, este lugar no es nuestro y todo se ve muy costoso como para darnos el lujo de que alguno de ustedes arruine algún objeto.

El rubio nos observa y ambos asentimos como niños regañados. Niall parece ser el adulto en algunos momentos, sólo en algunos, porque cabe resaltar que suele ser el más infantil y juguetón de todos, pero también es bastante responsable.

—Tienen que darse la mano en señal de paz.

La voz de chillona de Emilia irrumpe el lugar.

Liam y yo nos damos la mano y nos sonreímos, ni siquiera era una pelea en serio, o eso quiero creer, aunque yo estaba más que dispuesta a dejarlo calvo.

—Ahora dense un abrazo en señal de cariño.

La voz de la pelirroja sigue dándonos instrucciones y yo abrazo a Liam antes de que él lo haga, me sostiene en sus brazos mientras descansa su mentón en mi cabeza.

—Ahora dense un beso de amigos.

Liam se separa de mi y acerca sus labios a los míos.

Le doy una de mis miradas de estas bromeando, ¿verdad? y me alejo de él mientras pongo mis brazos en su pecho marcando la distancia entre nosotros.

—Vamos, Leo, sólo un besito.

Emilia me anima.

—No, Emilia, no lo haré.

Emilia conoce la tensión qué hay entre Liam y yo, y al igual que Niall siempre tratan de persuadirnos para hacer algo al respecto, pero aún así nunca lo han logrado, más por la negativa de mi parte que la de Liam, porque él siempre parece muy dispuesto.

—Mierda, eso estuvo cerca.

Liam me susurra con una sonrisa de lado y aunque Cabeza de Micrófono intentó ser lo más sutil que pudo sé que los otros dos también lo escucharon.

Me limito a enviarle una mirada de advertencia mientras Niall y Emilia ríen. Liam sólo levanta las manos en señal de inocencia y finalmente se rinde y se aleja de mi.

Pasa el tiempo y todos estamos más que cansados como para hacer algo más que dormir, en especial el Niall que fue quien manejó todo el viaje.

Emilia nos asignó una habitación a cada uno desde que llegamos, así que sólo nos despedimos y cada quien va a su habitación.

La casa es muy amplia y las habitaciones se conectan por un largo pasillo después de subir unos pequeños escalones, primero está la habitación de Niall, al frente está la de Liam, al lado está la mía y al final del pasillo está la habitación principal, donde dormirá Emilia.

Entro a la que será mi habitación por las próximas  semanas, enciendo las luces y abro un poco la ventana para escuchar las olas, las cortinas de tela traslúcida me dan una linda visión de la luna que trata de colarse entre la tela iluminando tenuemente la habitación cuando apago de nuevo las luces.

Estoy tan cansada que ni siquiera puedo pensar en ir a buscar mi pijama en la maleta, así que me acuesto en la cama con la misma ropa que he tenido puesta para el viaje y de un segundo a otro mis ojos se cierran completamente haciendo que caiga en un sueño profundo.

Watermelon Sugar |H.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora