Todo empezó un día que todos odiamos, tal vez por ese suceso es por el cual estos días me lleno de nostalgia. Era lunes, en primavera. Las clases ya habían empezado y junto a ella las ansias de los alumnos aumentaba, eso sí tenías amigos con los cuales reencontrarte en tu cuarto año de secundaria. Si, yo era de esas personas que no les gustaba acercarse a otras, además solo tenía un amigo, era todo lo que necesitaba en esos días. Cuando llegamos al salón había un caos, como los de siempre, hasta que llegara el profesor era todo un desorden. Los minutos pasaron y el profesor por fin dio presencia. Junto a él una noticia.
- Alumnos, se que es muy repentino para estar ya en cuarto de secundaria, pero una nueva alumna llegó a nuestra escuela y nuestro salón. Espero la traten bien. Pasa, preséntate.
Cuando la vimos, todos quedamos sorprendidos a lo linda que era, rápidamente le ganó en puestos a las demás chicas. Y a quien no, ese hermoso cabello rosa que tenía le quedaba perfecto.
- Hola, me llamo Maria. Es un placer.
- Perfecto, porque no vas a buscar un asiento. Mira ese que esta junto a Luis – señalándolo-
- Está bien.
Las carpetas son unitarias por lo que estaba cerca, pero no tanto. Los otros chicos mirándome celosos por ser el que estaba mas cerca de ella. Cuatro columnas, ella en la esquina izquierda junto a la ventana. No me atreví a hablarle, pero cuando empezó el receso todos fueron a hacerle una entrevista a Maria y no tenía mas opción que salir del salón para tener un poco de silencio. Decidí quedarme en el balcón, después de todo es el tercer piso y se podía ver muchas cosas de fuera. Unos minutos después se acercó Enrique. El es mi único y mejor amigo. Lo conozco desde primero y es el único que no se fue de mi lado, lo estimo mucho.
- ¿Qué tal, ya hablaste con la nueva?
- Para nada y tampoco quiero hablar con ella.
- ¿Por qué? ¿le tienes miedo?
- Nada de eso, sabes que soy tímido y es peor cuando se trata de hablar con chicas.
- Tienes que mejorar eso, al menos con las chicas.
- Lo se
- Bueno, iré a comprar algo ¿me acompañas?
- No, prefiero quedarme aquí viento afuera.
- Vale.
Luego de eso escuché unos pasos atrás de mí y una persona se puso a mi costado.
- ¿Te gusta esta parte de la escuela?
Era Maria, quien se había librado de los "periodistas" y vino al balcón ¿solo para hablarme?, no tenía sentido. Me calmé un poco y decidí responderle, aunque fuese un error.
- Si, desde aquí se puede ver todo el panorama de afuera y da muy bien el aire.
- Respira- Tienes razón, es muy bueno. Me llamo Maria, aunque eso ya debes de saberlo.
- Si, todos prestamos atención a tu presentación (y como no, si tu cabello es muy llamativo).
- Entonces preguntaré otra cosa, ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Luis.
- Hola Luis, ¿eres un poco alejado de los demás no?
- Bueno, conozco a todos del salón, aunque ellos a mi no mucho y no me interesa hacer mas amigos del que ya tengo.
- Mmmm... entiendo, bueno fue un placer conocerte "Luis"
Extraño, sumamente extraño. Nunca me había pasado eso y además con una chica, este día no podía ser más raro.
Los días pasaron y llegó ese día que a todos nos gusta y que siempre esperamos, viernes. Cuando llegué a mi sitio Maria ya estaba en el suyo y como era costumbre no le hablé, pero ella me saludó y me dijo que quería decirme algo en secreto. Me quede sorprendido, más por la cosa que quería decirme en secreto que por el saludo. Nos agachamos un poco y le pregunté.
- ¿Qué cosa?
- Luis, la cosa es que... ¡Hay alguien que me gusta!
- Y...?
- Quiero... que me ayudes a estar con él.
Esa fue la primera y única vez que una chica me pidió ayuda, no quería decirle que no así que accedí a ayudarla. Uno de los peores errores que pude cometer. Tal ves si me negaba este problema no estaría pasando y este doler que nos causamos tampoco existiría, pero nadie puede regresar en el tiempo y lamentarse no ayuda en nada.
- Esta bien, te ayudaré (nada puede salir mal ¿verdad?). – estaba equivocado-
CAPITULO UNO
El rosado color del dolor.
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Los sabores de la vida
Lãng mạnUn chico, que por mas de ser antisocial conoce a una chica que le cambiaría la vida ya sea para bien o para mal no puedes arrepentirte.