Siempre le estoy haciendo daño a las personas y ellas a mí, pero quien más daño se hace soy yo mismo, siempre aceptando que los demás me dañen, siempre creyendo que lo merezco, siempre pensando lo peor de mí.
Y para ser sincero, estoy seguro de no estar equivocado al pensar así.
Por eso decidí hacer esto.
Perdón, perdón a todos los que dicen amarme, perdón por tomar esta decisión, perdón por no poder creerles esas bonitas palabras, perdón.
Pensé en pedirme perdón a mí, por dejar que me rompieran como lo hicieron, pero no puedo evitar pensar que realmente lo merecía, que ser feliz simplemente no es para mí.
Pero si me pido perdón por todas aquellas veces que no pedí ayuda aun sabiendo que la necesitaba, por todas aquellas veces que no trate de estar mejor, por todas aquellas veces que me calle, porque sé que lo pude haber evitado, pero simplemente no lo hice por no creerme suficiente fuerte para lograrlo.
Y hoy me doy cuenta que siempre tuve razón; no soy suficientemente fuerte.
Sé que no debería, porque siempre fue mi culpa, pero igual los voy a culpar a ustedes, por no darse cuenta cuando las señales eran tan claras, por no intentar lo suficiente.
En especial a ti, Erick.
Te di todas las señales silenciosas que pude, ambos sabemos que siempre te diste cuenta, pero no hiciste nada por evitarlo más que evadir el tema creyendo que así todo se esfumaría y me verías ante ti como el chico que yo siempre le mostré al mundo.
Para todos siempre fui aquel chico feliz, lleno de vida y alegría, pero tu bien sabias que no era así, tal vez tu no lo sentiste así, pero yo siempre sentí que nunca te intereso ofrecerme la ayuda que tantas veces te pedí en silencio.
Tal vez ambos fuimos débiles.
Pero también te agradezco, por todas las sonrisas que me sacaste, por todas las lágrimas que me secaste, por cada momento, bueno y malo gracias por estar hasta el final.
Mi final.
Lo siento mamá.
En serio lo siento, lamento decepcionarte, hoy y todas las demás veces que lo hice, lamento cada mal momento que te hice pasar. Lo siento, mamá, por no ser suficiente, por no ser lo que esperabas, por estar debajo de lo que necesitabas, por nunca ser suficiente.
Perdón a todos por nunca ser suficiente. Perdón, Zabdi, por no ser el mejor amigo que esperabas, aunque los dos sabemos que yo nunca fui tu mejor amigo, perdón, chicos, perdón, Gabo, por no ser el hermano que tu querías, pero juro que si yo viví hasta este momento fue por ti, eras lo único que me daba fuerzas para levantarme cada día, hasta que llegaste tú, Erick, que me ayudaste a no hundirme con cada una de tus sonrisas, tus malos chistes, tus abrazos, tus besos.
A pesar de todo lo bueno que me brindaron yo ya estaba hundido y lo malo simplemente me hundió más.
No aguanto más, no aguanto más sentirme así; cansado, deprimido, aburrido de todo, solo. Respirar no siempre significa estar vivo, y yo lo deje de estar hace mucho tiempo.
No soy capaz de seguir aguantando ese dolor en el pecho que nunca desaparece, la manera en que siento como mi alma lentamente se quiebra y la insuficiencia de no poder cambiarlo, no poder hacer nada por mi ni por los demás.
Tengo la ligera esperanza que después de esta habrá otra vida y ahí podré hacer las cosas bien.
Hay tantas cosas para decir, pero ya no tiene sentido.
Una lagrima, solitaria, cayo por uno de los verdes ojos de Erick cayendo directamente en el papel hallado en la mano de Joel cuando lo encontraron muerto en su cama.
Quería decir que la carta lo hacía sentir peor, pero no era así, en cuanto supo que estaba muerto supo inmediatamente que fue su culpa.
Pudo haberlo evitado, todos pudieron, pero a nadie le importo lo suficiente.
editado.