I will follow you into the dark

Desconocidos

Aviso ⚠️: Si quieres adentrarte en las escenas, coloca la música que te he dejado arriba y si se acaba solo vuélvela a reproducir, y si no lo deseas, sigue leyendo esta historia, ¡Ojalá te guste!

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" — ¡Una mierda, Hall! — exclamó — No te vayas, no me dejes con ella.

— Alice, basta...

— ¿Papá? — la pequeña niña de cabellos rubios bajó por las escaleras.

— Polly, cariño, es hora de irnos lejos de aquí.

— Pero no quiero dejar a mamá, ni a Betty. — la pequeña confesó.

Agarrándola en brazos Hall salió junto con Polly por la puerta, sin antes decir..."

El estruendoso e irritante sonido que provenía de la alarma que se encontraba en la mesa de noche, despertó de apuro a la rubia.

Betty se llevó ambas manos hacia el rostro, queriendo soltar un grito desgarrador, pero como casi todas las mañanas, un nudo en su garganta se lo impedía hacerlo.

Al calmarse un poco, la rubia se levantó de la cama y tomó su bata en mano para acto seguido colocársela.

Era todavía temprano,así que decidió dirigirse hacia el cuarto de su madre, Alice Cooper.

Al llegar, se recargó sobre el marco de la puerta, viéndola fijamente, asegurándose de que su estómago suba y baje con normalidad, queriendo confirmar que ella aún respiraba, que estaba viva.

Se acercó hacia su cama y se puso en cuclillas.

Depósito un beso en su frente soltando en el acto un:

« Vamos a salir de esta, mamá, pero te necesito de mi lado »

Lentamente Alice Cooper abrió con mucha molestia los ojos.

— ¿Betty? ¿Qué demonios pasa, muchacha? — bufó.

— ¿Qué tal te fue ayer, mamá? ¿Te divertiste? — dijo sarcástica.

— Fueron solo dos botellas, Elizabeth, al menos no he matado a nadie. — aquella madre soltó una risa fingida — ¿En serio quieres tener una pelea justo ahora? Porque te aviso que estoy muy cansada, no hagas que me ponga más exhausta, porque te aseguro, Betty, que aún así muerta esté, de un golpe jamás te escaparás.

La rubia se dió media vuelta sin decir palabra alguna, debido a que ella sabía cómo acabarían las cosas, y quería dejar descansar a su mamá.

Regresó a su habitación y cerró la puerta con llave, no quería malos ratos en ese momento.

Se metió al cuarto de baño, sacándose rápidamente las prendas, quedándose con el cuerpo completamente desnudo.

Se vió al espejo y apretó sus puños con fuerza, enterrándose las uñas en las delicadas palmas de sus manos, sangrando al instante.

Al darse cuenta de su acto, con rapidez, calentó la bañera, y esperó unos segundos.

Se metió en esta y empezó a mojarse el cabello, para después colocarse el shampoo de manzanilla que con frecuencia usaba.