Era una fría tarde de enero y como cada viernes había quedado con mis amigos. Era una mala costumbre que al fin y al cabo, nos llenaba unas horas de la tarde y que aprovechábamos para dispersarnos de la carga que nos suponía el instituto.
Pol decidió llamar a su amigo Hugo ya que era el cumpleaños de éste y quería felicitarlo, poco tiempo después yo empezaría a llevarme con él.
Estuvimos hablando un buen rato y acabamos intercambiando números.Esa misma noche tuvimos la típica conversación que te retiene pegado a la pantalla, de la cual no quieres despegarte ni un sólo segundo por si t le pierdes algo. La noche transcurría y nos íbamos conociendo poco a poco haciéndonos preguntas absurdas pero que tenían cierta gracia.
Era todo muy repentino ya que apenas hacia dos meses que hablábamos, pero había algo en él que lo hacía especial y a mi m hacía sentir muy bien.Pol iba a celebrar su cumpleaños y no pensaba que le iba a ver en persona ya que él vivía en Barcelona y yo en Tarragona, era bastante imposible vernos teniendo en cuenta que nuestros padres son muy estrictos. Yo estaba muy emocionada y soñaba con conocerle y saber más de él y llegó ese día.
Pasamos la tarde todos juntos, jugando como niños pequeños a los que nada del alrededor les afecta, metidos en nustra burbuja. Apenas conseguimos hablar ya que ambos somos muy tímidos pero la cosa iba fluyendo gracias a mi amigo Daniel, nuestro otro amigo en común.Las horas iban pasando y de repente llegó el momento de despedirnos, las horas nos habían pasado volando y ya eran las 12 de la noche. Nuestros padres fueron a por nosotros y llegó esa amarga situación que nadie quiere que llegue, la despedida. Nos despedimos sin saber si volveríamos a saber el uno del otro y de si nuestros caminos se volverían a cruzar en un futuro.
Creo que nunca me había afectado tanto una despedida como aquella, no quería separarme de él y él no quería irse de allí.
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¿Realmente era amor?
Teen FictionGracias a Pol, Nekane conoce a algunos amigos suyos por los cuales se enamorará y sufrirá. Llegará un punto en el que se cansará de falsas ilusiones y se replanteará si realmente era amor lo que sintió.