Parte Única

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Notas: sé que debo actualizar pero este drabble salió en un momento de efímera inspiración (?), gracias al hermoso arte de Ide_lando. Un hermoso SongXiao que merece recibir amor kasdaskjds

Este drabble es mi primer SongXiao, no se si logré capturar bien los sentimientos de Song Lan, espero que sí. Lo siento si no u.u


Helado Otoño

Los versos en la piel


Es una pasión desmedida la que lo carcome. Quema con ímpetu, penetra hasta el fondo de su ser destruyendo su raciocinio, recreando un nuevo sentido. Es como ver por primera vez y sentir el desliz recóndito de sus oscuras elucubraciones.

Song Zichen nunca podrá cansarse de la arcana vista frente a él. Esa efigie que se esboza, sinuosa y grácil, calienta su espíritu nevado, descongelando aquella frialdad que lo mantiene cuerdo.

Intenta, pero falla. Las manos de aquel hombre dibujan surcos, crean estelas por la piel de sus muslos aún envueltas en el pantalón de mezclilla. La tela es gruesa, pero Song Zichen percibe cada tanteo de mariposa como una vibración electrizante que lo deja jadeante y enardecido.

¿Cómo unos simples toques prenden aquella llama añil que es su pasión?

La respuesta viene en la forma de un hombre, de una suave sonrisa sincera que se enmarca gracias al níveo semblante pueril: semblante inocente, casi infantil y Song Zichen sería capaz de creerse aquella mueca si no fuera por la acción que ejecuta el resto de su delicado cuerpo.

Los años transcurren, Song Zichen es incapaz de olvidar; pero ahora cuando vislumbra a Xiao Xingchen sobre él, meneando sus caderas en una danza oscilante, Song Zichen se permite rememorar aquel frío otoño donde las hojas color vino bailoteaban al son de la brisa helada.

Song Zichen recuerda ese momento en específico: se hallaba bajo un árbol de cerezo, este comenzaba a desprender pétalos moribundos, y recuerda también lo que había sobre él, vibrando en risas contenidas por algún comentario casual emitido, calor del momento.

Para Song Zichen, aquel hombre sobre él, dedicando su vida a enardecer la piel envuelta en telas, cada vez más incomodas, representa un frío otoño comenzando a perecer. Es la última huella de luz antes de que llegue el invierno, con ello congelando la existencia de esa luminiscente mota.

Es el vestigio de lo que para él fue y perdurará hasta que los eones decidan inmolarse al sol con su poder; es una eterna espera que le sosiega. No es incómoda, y Song Zichen no puede evitar cavilar en las emociones que aquella circunstancia le forja.

Xiao Xingchen mantiene los ojos cerrados, un ademán de concentración se dibuja en su semblante. Sus cejas oscuras se fruncen apenas y aquellos lentes delgados enmarcados en sus pómulos níveos, le otorgan un aire de aguda inocencia.

Emite un suspiro y es inevitable, sus manos se dirigen a sus caderas desnudas, tocando la nívea piel lechosa, presionándola. En ese momento Xiao Xingchen abre los ojos, oscuros orbes encontrándose de inmediato.

—No tienes permitido tocar —susurra en voz abaja, acercando su rostro al suyo.

Ambos exhalan un suspiro caliente, los lentes de xiao Xingchen se empañan, demostrando cuán profunda es la lubricidad embargada en el ambiente. Xiao Xingchen es implacable, sigue moviéndose sobre él con perversa lentitud.

Song Zichen ahoga un jadeo, frunce las cejas y se niega a apartar las manos situadas en las tersas caderas. Las aprieta con firmeza, pero sin crear fuerza innecesaria y Xiao Xingchen esboza una sonrisa ladina que debería considerarse un pecado capital porque enerva aquel ser entre sus muslos.

Él es consciente de eso, la sonrisa crece en sus labios rosáceos y aumenta la deliciosa fricción en sus cuerpos. Song Zichen no cree ser capaz de seguirlo soportando. Así que, de un impetuoso movimiento, desliza sus manos hasta los níveos muslos redondos y lo alza, incorporándose en el proceso, obligando a Xiao Xingchen a envolver sus extremidades alrededor de su cintura.

Sorprendido, inquiere—. ¿Da-Daozhang?

Song Zichen no responde, camina en dirección a la habitación, perdiéndose por el pasillo.

—El baile ha terminado.

—Ah...

Tenue, crea un camino de besos que comienza en su mejilla y van a perderse a la nívea piel de su hombro descubierto.

—Y ahora yo bailaré para ti.

La sonrisa que le regala Xiao Xingchen es tan cálida como la primavera; pero no, para Song Zichen, es el comienzo del fresco otoño.

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Notas: espero de corazón que les haya gustado. Pronto vendré con más ;u;


Helado OtoñoWhere stories live. Discover now