Estaba con mi hermana mayor, en algún lugar, rodeada de un montón de gente. Le dejé encargado algo, en ese momento no sabía qué. Fui a buscar a los alrededores, me paseé un rato, di demasiadas vueltas, estaba demasiado feliz.
Me cruzo con mi hermana, y me comienza a reclamar sobre algo, no recuerdo exactamente lo que me decía. Yo le grito mientras me voy alejando, haciendo señas con las manos "¡No seas exagerada! Ya déjame en paz, ahora regreso, no tardo". Me retiro y sigo dando vueltas por ahí. De repente al voltear a mi alrededor, me doy cuenta de que algo realmente está mal en mí. Que no debí de haberla dejado encargada de ello para yo divertirme.
Entonces, regreso con mi hermana. Me encuentro asustada.
"Ya, ya, tenías razón". Mi hermana molesta me entrega una carriola... Comienzo a caminar, retirándome de aquél lugar, miro al cielo, el sol brillaba como nunca, bajo la sombrilla de la carriola, y veo unos hermosos ojos cristalinos parpadeándome lentamente, mientras me muestra una pequeña sonrisa que hace que sienta paz. Era un pequeña niña de apenas pocos meses de nacida. Era mi hija.
Este sueño, fue muy corto. Pero para mí dice mucho. Para mí significa el deseo de ser madre, tengo 23 años, muchos dirían que soy muy joven aún, pero es algo que realmente deseo. Quizá al principio puede observarse como que aún quiero disfrutar de mi vida, pero para mí refleja mas el hecho de que cuando le cuento a las personas sobre que ya quiero ser madre, sus respuestas son: "eres demasiado joven, te falta vivir", "es muy difícil, cuando lo tengas no vas a querer otro", "mejor disfruta y sal, luego vas a tener una enorme responsabilidad y vas a extrañar salir". La verdad no me considero como alguien a quien le guste la fiesta, o salir muy seguido, siento que mi vida joven terminó, no tengo nada mas que disfrutar, tengo todo lo que cualquiera desearía. Tengo un trabajo estable, mi educación concluida, y al mejor hombre de mi vida. Claro que no debo saltarme los pasos, sé que antes debo casarme. Y claro, ando esperando por ese momento. Sé que pronto llegará. Y si Dios me permite, después de ello formaré una bella familia. El ver esa hermosa sonrisa y esos ojitos, me hizo sentir demasiado bien.
Todavía recuerdo su carita. Mi niña.
