Conversábamos respecto los planes de la playa mientras cada uno disfrutaba de su helado favorito. Dos chicas reconocidas pasaron enfrente de nosotros, una que siempre porta el cabello corto y ropa negra y otra que llevaba un vestido floreado largo.
- Deme un helado de chocolate con menta y un helado de fresa para mi amiga- dijo Nancy al vendedor aquella del vestido floreado.
Amanda abrió sus ojos por un segundo y trago su helado.
- Psss... ya vieron, tiene una bolsa con un pinta uñas de color rosa. Además comerá un helado de fresa... es color rosaaaaaa
- ¿El color rosa es normal para una chica gótica?- preguntó Darío mirando a Leila con disgusto.
-Oigan... son sus gustos- intente de calmarlos antes de ser escuchados.
- Esa chica de negro es muy rara. He oído rumores de ella. Dicen que cuando no va a la escuela es porque se droga además pertenece a una secta. A amenazado a sus padres creo que por eso nunca han asistido a las reuniones escolares. Pobres, deben de tenerle miedo a su propia hija - dijo Evie.
- Son nuestras compañeras de clases-dijo Amanda
- Lo sé, por eso no te acerques a ella- tomo el hombro de su hermana mayor.
- Evie, no crees que estas exagerando, esa chica es súper callada en el salón. Y además una señora fue una vez a la reunión de padres insinuando que venía de parte de la gótica.
- ¿Quieren probar?- le metí un poco de mi helado en sus bocas, Nancy nos estaba viendo con despreció.
Después de pagar su ración de helado decidieron irse sin vernos. En lo personal no me importaba la vida de ninguna de esas dos pero tampoco me gusta discutir de sus vidas enfrente de ellas pienso que es una falta de respeto. Mi madre siempre me enseñó cómo tratar a los demás y siempre demostrar un lado moral siempre cuando no me hagan daño, por el contario tendría que defenderme. Una frase guardado en mi mente es: 'No hagas lo mismo, lo que no quieres que te hagan''.
Al terminar de comer los cremosos helados, decidí regresar a la casa para decirle a mi madre los planes respecto de ir a la playa. Mi madre, como de costumbre, llamaba en el teléfono atendiendo los negocios. Colgó el teléfono y volteó.
- Hijo, que bueno que ya viniste, ¿te parece si vamos a comer?
- Sí, claro. Hay algo que quiero decirte.
- Saca la sopa- se sentó en la silla.
- Verás, Amanda y Darío planeábamos ir a Long Islanda en estas vacaciones y pues... me gustaría ir...
- Claro, hijo, siempre y cuando un adulto este pendiente de ustedes.
- Si, de hecho la mamá de Amanda quiere que sea un viaje familiar, es decir, nos acompañes- sonreí.
- De acuerdo, me encantaría. Sólo dime la fecha.
- En dos semanas. También dieron la invitación de acompañarlas en París.
- ¡No! Tienes la responsabilidad de ir New York conmigo.
- Entiendo, madre. Gracias.
Las dos semanas pasaron de un abrir y cerrar de ojos. Preparaba mi maleta ansioso para partir al aeropuerto. Mi madre escogía sus mejores ropas y por supuesto sus trajes de baño. Hace mucho que no tiene una pareja estable pero es una mujer hermosa y positiva, no tiene problema con ello. Revise el celular una vez que vibro, era un mensaje de Amanda.
Edward, en 10 minutos iremos al aeropuerto. Te vemos en la cafetería del mismo lugar.
Tomé un collar de un corazón de acero inoxidable y lo guarde en el bolcillo de mi pantalón. ¡Adivinaste! Era para Amanda. Estaba decidido de confesar mis sentimientos, sino tenía la oportunidad de hacerlo en París, catalogado como la ciudad del amor, al menos quería hacerlo en un lugar donde las puestas del Sol son únicas. Mis mejillas se sonrojaron pensando en el momento oportuno para declararme. Golpee mi estómago y continúe ocupándome de la maleta.
-¡Edward, estás listo!- grito mi madre desde su habitación.
-Sí, vamos.
Mi madre y yo nos subimos a un taxi, menos mal que al momento de salir se aproximó. Llegando al aeropuerto fuimos directo a la cafetería. Ahí estaban Amanda, su hermana menor y su madre, Darío, sus dos primos y su madre conversando mientras comían panes dulces con café caliente en un pleno verano.
-¡Edward, Señora Gates pasen en 5 minutos iremos por los boletos- dijo su mamá de Amanda.
-Me parece excelente pero ya desayunamos- sonrió mi madre.
Pasaron los 5 minutos, compramos los boletos y enseguida nos subimos al avión. Mi madre se sentó con la de Amanda. Yo justo lado de ella. La miraba de reojo, sus ojos mostraban cansancio así no dude más en ofrecer mi hombro.
-¿Por qué no recuestas tu cabeza en mi hombro?- sonreí.
-De acuerdo- recostó su delicada cabeza en mi hombro. Maldita sea, olía dulcemente como un caramelo de vainilla.
Mientras dormía, navegaba por las redes sociales, en especial por Facebook. En ese instante apareció una foto de Nancy junto a Leila. Cómo me ganó la curiosidad, miraba la foto detalladamente. Por alguna extraña razón no estaba etiquetada Leila y mucho menos encontraba su perfil. Se supone que todos deberían de tener Facebook...pero ¿ella no?
Leila Moore mejor conocida ''La chica gótica''... es una chica misteriosa.
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LA BELLA FLOR NEGRA
Teen FictionUn chico de 17 años enamorado de su mejor amiga desde que tiene recuerdo. Edward Gates hará lo posible para ganar el corazón de Amanda, su mejor amiga pero, ¿qué pasará cuando conozca a Leila Moore? Una compañera de clases apodada '' La gótica''...