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Las letras en cursiva son recuerdos, las letras comunes son simulaciones.

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-!No puedes decirme que no eres capaz de patinar JongIn! -la suave risa incrédula era uno de los mejores sonidos que oyó.- No hay manera, supongo que tendré que enseñarte!

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-JONGIN AUXILIO! -Los gritos aterrados carcomían su mente. Siguió el camino de la voz y encontró al jefe de Red Force asfixiando al amor de su vida. Él grito, pero ella ya había dejado de respirar.

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-Si pido de vainilla y tú de chocolate, luego podremos unirlos y disfrutar de ambos! -el sonrojo en sus mejillas hacían que se viera tierna e inocente, las medialunas que sus ojos formaban al sonreír solo provocaban que su corazón palpitara con mas fuerza.

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En medio de la oscuridad y sus gritos ahogados, sostenía su cuerpo. Las mejillas que alguna vez brillaban en rojo ahora eran pálidas y su cuerpo permanecía quieto entre sus brazos.

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En silencio, mientras apreciaban la luna, echados en la terraza, SeulGi acercó lentamente su mano a la suya. Sonrió, y extendió la suya. Ambas extremidades se encontraron en el medio del camino y con nervios, se entrelazaron.

La sonrisa en sus rostros creció, no necesitaban decirse nada.

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-Matala. -la orden del líder de Red Force fue clara, pero él no podía moverse. SeulGi yacía inconsciente, atada en una silla.- Te di una orden 88. Cumple con ella.

Continuo sin moverse. El hombre chisto y le quito la pistola para luego apuntar a la menor. Él no fue lo suficientemente veloz para evitar el disparo y solo fue capaz de gritar cuando la blusa de SeulGi comenzó a teñirse de rojo.  La simulación se detuvo y el doctor lo golpeo en las costilla, para electrocutarlo con un tazer.

-Imbécil. Eres un maldito clon, no Kim JongIn. Haz caso a las órdenes que se te dan la próxima vez.

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El primer beso fue casi imperceptible. Había llevado flores a la presentación de SeulGi, y esperó con calma, viendo como las personas a su alrededor alababan sus pinturas. Cuando la menor quedo libre se acercó a él, con una sonrisa resplandeciente.

-JongIn, me alegra que vinieras! -exclamó con alegría.- ¿Te ha ido bien?

-Sí, terminamos antes y Jun nos dejó volver. -omitió que encontraron un cuartel de Red Force y ChanYeol y KyungSoo salieron herido, que la información que encontraron era escalofriante y hablaba de un proyecto X.

-Es bueno oír eso. -La menor bajó los ojos y finalmente se percató de las flores. De inmediato, el rojo invadió sus mejillas.- ¿Para mí? -preguntó tímida.

-Por supuesto Seul. Felicidades en la presentación. -respondió con los mismos nervios. SeulGi tomó las flores aun sonrojada y se acercó a su rostro, con la intención de dejar un beso en su mejilla, pero acabó sobre sus labios. Apenas entraron en contacto, se separaron.

Las sonrisas tímidas siguieron durante el resto de la noche.

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-¡Detente enfermo! -Corrió hacía ellos, pero nuevamente era demasiado tarde. Esta vez, los malnacidos decidieron que muriera con una espada atravesada en su pecho.

L'obsession Rouge [EXO x Red Velvet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora