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No puedo moverme.
Almeno esta vez estoy logrando mantenerme un poco mas en este mundo ¿cuanto podre aguantar?
No se cuanto tiempo haya transcurrido, ya veré el reloj al despertar, medir el tiempo estando en este lugar resulta muy difícil.
El cielo está completamente rojo, debe ser porque estar sin poder moverme me desespera un poco.

-miralo-
-es el-
-ella lo invitó -
-¿se quedará aqui? -
-no creo. Recuerda que los de su mundo no aguantan mucho aqui-

Logro escuchar todo lo que están murmurando, aunque la verdad no creo que estén poniendo mucho esfuerzo en no ser escuchados.
¡Ahí esta! Comienzo a sentir esa extraña fuerza que me arranca de este mundo, tengo que resistir más.
-01…- contaré hasta el cien.
-02…- si logro llegar al cien estaré bien.
-03…- y la siguiente ves contaré hasta doscientos.
-04…- y así hasta que pueda mantenerme el tiempo que desee desee.
-05…- …

                      En el pasado

Ya tome una decisión. Voy a irme.

El más alla

Detrás de un velo muy fino.
Detrás de nuestros enorme e inimaginables paisajes de semento.
Detrás de todos los muros echos y desechos.
Detrás de los grandes paisajes naturales.
Detrás de los arboles, tierra, césped, flores.
Detrás de los grandes mares, lagos y ríos.
Detrás de cada ser vivo.
Detrás de cada cosa creada.
Detrás de todo lo que la ciencia a logrado comprobar y detrás de lo que aún no logran explicar.
Detrás de la iglesia, ateos, budistas, shamanes, judíos y musulmanes.
Detrás de lo sagrado, lo bendito y lo maldito.
Detrás del niño, el joven, el hombre y del anciano.
Detrás de la paz y la guerra.
Tan lejos y tan cerca.
Yace un mundo, nuestro mundo, y no hablo de la tierra ya que ella no es nuestra.
Es un mundo detrás de ella, un mundo que vive  y respira.
Un mundo que se mueve con  nosotros.
Que cambia con nosotros.

El más allá.


En el pasado

-gracias por su compra señor, le hago entrega de su boleto, con el llegará hasta su país de destino-
Que sujeto tan extraño, intenta parecer una persona muy amable y la verdad es que no está haciendo otra cosa más que aprovechar echarse de la desesperación de las personas.

-usted realizo su pago en efectivo, dos billetes de cien dólares y uno de cincuenta dólares-

¿Será realmente necesario que narra todo lo que estamos haciendo? Lo único que quiero es salir ya de esta oficina.

-Con este boleto usted tendrá acceso sin contratiempos en las fronteras de los tres países que cruzará, el  isje no será en el mismo bus en cada frontera deberá abandonar en el que llegó y montarse en uno nuevo que lo llevará hasta la siguiente frontera-

Este sujeto no hace más que decir cosas que ya se. No soporto su extraña cara de amabilidad en la que aunque esté dando su máxima esfuerzo por evitarlo deja ver una sonrisa llena de maldad.

-el boleto también le da derecho a un desayuno por cada día que dure el viaje. Los almuerzos, cenas y otras cosas que desee consumir en las paradas que hagan los buses correrán por su cuenta-

Este tipo está muy bien vestido, camisa de botones con mangas largas color blanco adornada con una fina corbata roja y envuelta por un elegante chaleco color gris y sobre ambos un saco color negro echo a la medida, pantalones y zapatos de diseñador.
Definitivamente este sujeto se está haciendo millonario gracias a la crisis.

-muy bien señor eso es todo, debe estar en el terminal almeno dos horas antes de la salida de su bus el día del viaje. Si sigue todas las normas de nuestro equipo tendrá un viaje agradable y placentero.-

Tomé mis paisajes y sali rápidamente de aquel lugar no quería escuchar harto ni una sola palabra más de esa persona.

Apenas estoy saliendo y me encuentro con esto…
Dos grandes y redondos ojos color café ahogados en un pozo de lágrimas contenidas que amenazan con desbordarse y caer por sus blancas mejillas.

-animate- de digo mientras la atraigo hacia mi.
-pon una sonrisa en tu rostro y mantenlo en alto, esto será bueno para ambos ¿si? - le digo mirándola a los ojos.
-esta bien- solo eso me responde.
Caminamos tomados de la mano hacia la salida, podía sentir las miradas de las demás personas en aquel lugar fijas en nosotros y susurros provenientes de todas direcciones que se que hablan de nosotros.
Algunas de esas personas están realizando la misma compra que acabo de hacer y es muy probable que los vuelva a ver el día del viaje pero no los recordaré, otros solo piden información con la esperanza de poder hacer la misma compra las semanas o meses que siguen.

El día está soleado, no hay ni una nube en todo el cielo o almeno en la parte que mis ojos logran observar.
A lo lejos un grupo de guacamallas sobrevuelan la ciudad. Son realmente hermosas, el azul, verde y amarillo de sus plumas crean una perfecta convinacion de colores.

Esta ciudad tiene de todo, personas pequeñas, altas, gordas y delgadas.
Personas con ojos redondos y otras con ojos achinados, ojos claros y oscuros.
Personas de piel oscura y de piel clara. 
Personas con cabello lacio, ondulados, rízos y hasta afros.
Personas jóvenes y ancianos.
Niños en las calles y otros en carros.
Si. En esta ciudad hay de todo, perros callejeros de todos los tamaños, perros de razas que son tratados como hijos por sus dueños. Muchos gatos, ratas y cucarachas en las calles. Pájaros en arboles que son muchos los que hay en esta ciudad, de todas las formas y tamaños y en el cielo se ven desde pequeños periquitos y oscuros zamuros hasta grandes guacamallas azules, verdes y amarillas.
Son muchas las. Cosas que se ven en esta ciudad llena de grandes edificios  y casas de ladrillo sobre las montañas. Aún con veintisiete años que tengo viviendo en ella todavía me topo  con cosas nuevas cada ves que camino por sus calles.

Ella me esta apretando muy fuerte la mano, debe estar nervioso o preocupada, seguramente ambas. Me pregunto si podré cumplir mi promesa, pague mucho dinero por este boleto no se si pueda volver er a hacer lo mismo, lo mejor es no pensar mucho en eso se supone que allá será más fácil reunir esa cantidad.

-estoy seguro que no será por mucho tiempo- digo sin voltear a verla.
-nuestra relación es fuerte, podemos con esto- sigo sin verla. No me atrevo.
-estamos logrando algo que muchos en esta  iudad quieren y pocos pueden- siento como su mano se aferra más a la mía.
-si lo piensas bien somos afortunados-  su mano que hace un segundo apretaba fuertemente la mía se suelta de un golpe.

-no me siento como alguien afortunada-

Esas palabras.

Hace cuatro años me dijiste algo muy parecido, pero muy distinto a la vez. Llevabas un vestido azul marino y tus labios acababan de separarse de los míos, en tus ojos habían lágrimas igual que ahora pero representaban un sentimiento totalmente distinto y aun con tus labios muy cerca de los míos me dijiste.
“me siento como una persona afortunada” y sonreíste. Era nuestro primer beso.

-Fue solo una ilusión-
-¿que?-
-que ese día me sintiera como una persona afortunada- suspiró y desvió su mirada al cielo.
-de haber sabido que terminarías llendote lejos de mi jamás habría dicho aquello- volvió a suspirar.
-la verdad es que siempre he sido una persona con muy poca fortuna-

Sus palabras me producen un dolor muy grande, no me. Gusta verla triste, su vida a estado llena de trajedias.
El día que me contó todas las cosas que han pasado en su vida, ese día jure que jamás dejaría que volviera a tener razones para estar triste. Pero no encuentro otra alternativa, es la mejor opción, se que solo estaremos separados por poco tiempo.

No me a hablado en todo el camino a casa y si vista esta fija en la nada, debe estar perdida en uno de sus recuerdos.

-solo serán una carga para mi y si me quedo con ustedes seré miserable toda mi vida-
-no puedes hacernos esto,¿que van a decir los vecinos? Piensa en ella-
-yo no pedí esto, yo no la pedí a ella, no puedo. Chao. -

Esas fueron las últimas palabras que dijo, ese es el último recuerdo que tengo de el.
Un hombre alto de cabello negro, ese día siempre estuvo de espalda a mi. No recuerdo su rostro, en ocasiones cuando recuerdo aquel día trato de hacerlo desde otro ángulo pero por más que cambie de posición nunca veo su rostro, solo el de mi madre lleno de lágrimas. Ese hombre era mi padre, luego de eso salio y nunca más volvió.

-es una niña rara-
-no es normal-
-es la hija de la señora local del tercer piso-
-su padre las abandono-
-¡si! Dicen que se fue porque la niña esta maldita.
-¡si! Y su mamá es una bruja.-
-siempre esta sola en el jardin-
-juega sola-
-y habla sola-

Los escucho, siempre los escucho, sus palabras se sienten como alfileres clavandose  en mis oídos, trato de taparmelos con mis manos para no escucharlos, pero siempre los escucho.

-oye tu niña, nadie te quiere-
-Oye niña tu padre las dejo a ti y a tu mamá por feas-
-nadie te quiere-
-fea-
-tonta-
-bruja-
-... -

¡Ya!
¡No soy para nada una persona afortunada!

El grito de Alicia retumbo por toda la casa, “no soy para nada una persona afortunada”
¿Que puedo hacer para que deje de pensar así?
Efectivamente paso todo el camino hasta la casa perdida en sus pensamientos.

Ya era de noche cuando llegamos a casa, a sido un día agotador, Alicia se está bañando y yo pedí una pizza para cenar con extra de queso como me gusta a mi y maíz como le gusta a ella.

Durante la cena y todo el tiempo que a transcurrido hasta que nos acostamos Alicia no a dicho ni una palabra y su mirada sigue perdida. ¿En que recuerdo estará atrapada?

Bueno quizás mañana luego del sueño recuperador de la noche esté con más ánimos y haya asimilado que esto es lo mejor para ambos.

Alicia esta acostada en posición fetal dándome la espalda, apago la luz y cierro los ojos, es hora de dormir.

-lo siento- la voz de alicia se escucha en medio de la oscuridad.
-solo tenemos que hacer que funcione ¿verdad?- siento como su brazo rodea mi pecho y su cuerpo rozar con el mio.
-después de todo una relación resultaría aburrida sin algunos obstáculos que superar- se escucha más optimista.
-lo siento, es que todo esto me hizo recordar cuando mi padre nos abandono a mi madre y a mi- siento como su voz se quiebra al decir eso.
-pero tu no me estas abandonando- mi mano logra encontrar su rostro en la oscuridad y la acaricio.
-solo nos separaremos por un periodo corto de tiempo, cuando yo esté allá lo primero que haré será buscar la manera de que tu vallas-  beso su frente.
-he estado recordando muchas cosas de mi vida esta tarde- siento el cuerpo de Alicia acercarse más a mi y pérsico como su corazón comienza a acelerarse.
-recordé cuando mi padre se fue y a los niños del edificio que me fastidiaban- silencio y oscuridad en la habitación luego de sus últimas palabras solo su corazón se sentía y cada vez latiendo más fuerte.
-pero mientras me bañaba vino a mi otro recuerdo de cuando cumplí quince años- escucho una sonrisa proveniente de ella.
-recuerdas que te conté que los niños del edificio donde vivía e incluso algunos de los adultos llamaban bruja a mi mama- su corazón late tan rápido como el de un colibrí.
-si- respondo
-bueno, quizás no estaban del todo equivocados- si su corazón  sigue así se le va a salir del pecho.
-¿quieres que te enseñe algo?- la verdad es que no estoy muy seguro de que responderle.
-¿que me quieres enseñar?
-si bien mi mamá no era una bruja, si sabia siertas cosas que la mayoría de las personas considerarían extrañas- la escucho atentamente.
-cuando cumplí quince años me enseño algo que mi abuela le había enseñado y a ella mi bisabuela y así una cadena que viene desde mucho tiempo en el pasado, una enseñanza que se trasmitía de madre a hija-  pequeña pausa.
-yo aprendí esto y por mucho tiempo practique lo que mi madre me heredó hasta que te conocí y no volvi a hacerlo durante estos cuatro años, cuando mi mamá murió llevar a cabo sus enseñanzas era una forma de mantenerme conectada a ella, pero desde que te tengo a ti poco a poco e asimilado su partida.
-¿Quieres que te muestre?- la escucho en mi oído izquierdo.
-¿mostrarme que?- siento su mano en mi rostro.
-cierra los ojos-
-ahora solo concéntrate, respira y escucha mi voz…-
-escucha lo que digo-
-abrázame- obedezco su orden.
-no me sueltes… podrías perderte- siento un poco de malicia en sus últimas palabras.

Silencio…un segundo… dos segundos… tres segundos... cuatro segundos… cinco segundos…
-sombras de la noche-
-obelisco de los mundos-
-números antiguos-
-vórtice ancestral-

¡viento! Siento una fuerte brisa.
-ya puedes abrir los ojos- me susurra.
¿Qué es esto?
No puedo creer lo que estoy viendo, de un momento a otro ya no estamos acostados en nuestra cama, ni estamos en nuestro cuarto. Ahora estanos de pie en un gran campo, en frente a una gran distancia logró ver una enorme montaña, a mi izquierda un bosque del que puedo jurar escuchó el sonido del mar y a mi derecha un prado lleno de hermosas flores, en el aire logró ver criaturas jugando y volando, algunas de ellas ya conocidas por mi junto con otros seres que nunca antes había visto y a poco paso de nosotros un pequeño templo, al estilo de los antiguos templos romanos pero de un tamaño mucho más reducido equivalente a una pequeña cabaña.
-este es mi mundo y a partir de ahora también el tuyo-
-espera un momento ¿como hemos llegado aquí? Estábamos en nuestro cuarto Acosta…

¡no puedo moverme!

-no te esfuerces –
-mientras tengas eso no podrás moverte- Alicia señala en dirección a mi ombligo.
Dirijo mis vista hacia mi ombligo y logro ver que de él sale una especie de hilo dorado que se extiende por el suelo.
Alicia se acerca a mi y toca el hilo con su dedo índice y este se desvanece en muchos fragmentos dorados.
-lo primero que tendrás que aprender es a quitarte eso tu solo. Ahora ven, sígueme, ya debes poder moverte.
-bienvenido. Acabas de convertirte en un  visitante del más allá.



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⏰ Última actualización: Nov 22, 2019 ⏰

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