–"y si el...realmente no me ama? Y si solo miente?...no importa, y si no me ama yo a él si, sin importar nada, prometí siempre estar con el... Siempre pienso en el, no puede ser que esté dudando de su palabra..."– era lo que pensaba aquel demonio que estaba tan enamorado, que no se dio cuenta que habían pasado varios meses desde que tuvo contacto con el ángel.
Aquel ángel parece que se olvidó de él porque no tuvo el afán de intentar aunque sea por un mensaje, una llamada, nada.... No uno nada, el demonio pensó que solo era otro humano más que les impedía estar juntos, pero al parecer no fue así. El tiempo pasó y aquel demonio que pacientemente esperaba algún mensaje, llamada o algo, sé harto y empezó a fijarse más en las personas de su alrededor y se encontró con un humano el cual llamo su atención, a pesar de que amaba a aquel ángel con su cuerpo y su alma, sé estaba enamorando, cosa que llevo a qué aquel demonio se marchara, y según el dejará de hacerle daño a su amado y aquel ángel lo sabía pero no hizo nada, solo se limito a finjir que el demonio no le importaba a pesar de que cada noche al llegar a su hogar lo único que hacía era, abrir una botella de vino, sentarse el la punta de su cama frente a un espejo y mientras tomaba el vino de aquella botella, miraba como pequeñas gotas de cristal salían de sus bellos ojos color zafiro...