Capítulo 3: Paseando por París [Parte 1]

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~~~Esa misma noche~~~

Recibí una llamada de la televisora TVi; habían programado una entrevista para mí, el día de mañana en la tarde, pero tenían que cambiar el horario ya que al presentador se le había presentado un problema y solo estaba libre una de las reporteras en la mañana; no tuve problemas en aceptar el cambio de horario y de conductor, la televisora se disculpó una última vez y colgaron.

Decidí terminar la trenza para dormir que estaba haciendo, mientras tanto esperaba que la llamada por Skype empezara. Cuando terminé, até el final de la trenza con un pequeño elástico; fue en ese momento que al fin habían contestado. En la pantalla podría ver a mis padres juntos sentados en el sillón de la sala.

Tú: hola mamá, hola papá -dije sonriéndoles, los extrañaba mucho-

Padres: hola mi pequeña, ¿cómo ha estado París? -dijeron al mismo tiempo; se miraron y se rieron, no era la primera vez que sucedía algo parecido-

Tú: la verdad es que es tal y como me contaban cuando era pequeña

Mamá: París es un lugar mágico -dijo mirando a mi padre y este le sonrió-

Tú: de eso quería hablarle; hoy conocí el Puente de las Artes, el lugar donde se conocieron, aunque sacaron todos los candados -murmuré haciendo puchero-

Papá: tu madre y yo pusimos nuestros candados cuando comenzamos a salir

Tú: cuéntenme esa historia de nuevo -la había escuchado mil veces, pero no me cansaba de escucharla-

Mamá: nos conocimos cuando teníamos tu edad; era otoño y el río Sena tenía decenas de hojas coloridas de tonos naranjas en sus aguas.

Papá: Tu madre había ido de intercambio escolar por un año al colegio donde estudié, pero nunca nos habíamos visto

Mamá: fue entonces que un día iba caminando por el puente cuando chocó con un chico y caímos al suelo -dijo mirando a mi padre -

Papá: y en ese instante la vi -tomó la mano de mi madre y la besó; mi padre era un romántico empedernido- la chica más guapa que nunca antes pude haber imaginado se había cruzado en mi camino

Mamá: -se reía- y yo encontré a mi caballero de brillante armadura

Mis padres se abrazaron mutuamente unos minutos; siempre eran así de melosos el uno con el otro y eso me causaba mucha ternura. Los padres de mi padre se interponían a la relación que tenía con mi madre, así que cuando se hizo mayor, se fue con mi madre a Italia, donde se encontraban mis abuelos maternos y les pidió la mano de mi madre; cuando ellos aceptaron, la llevó al Puente de los Suspiros y le pidió matrimonio.

Mamá: algún día vas a encontrar el amor de tu vida mi pequeña

Papá: pero no hoy y tampoco mañana ni dentro de los próximos 10 años

Tn: ¡¡PAPÁ !! -chillé- eso es injusto

Papá: aún eres muy pequeña para pensar en muchachos - dijo en tono sobre-protector-

Mamá: Alec -dijo entre risas- ya no es una niña, en unos meses ya será una adulta

Papá: Luz, aún es una niña, nunca la dejaré de ver como una, porque para mí siempre va a tener 10 años

Tn: tengo casi 18 años papá -hice un puchero-

Papá: no me mires con esa cara -giró la cara para no verme- tu tampoco me mira así Luz -dijo cuando vio a mi madre haciendo el mismo puchero que yo-

Desde conversar un rato más, nos despedimos y fuimos a dormir; era tradición que al menos una vez a la semana como mínimo, habláramos por Skype si tenía que trabajar o estar fuera de casa por un tiempo. Mis padres eran muy cariñosos y amorosos conmigo, lloraban cuando me despedían en el aeropuerto y festejaban cada vez que volvía de algún otro lugar.

Nuestros Caminos  [Luka Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora