Starlight. / myg ; bts.

5

Las cosas habían pasado tan rápido, mi corazón se encontraba roto en mil pedazos.
Papá no había permitido que yo fuera a visitarlo, ni siquiera Min Yoongi pudo ayudarme, estaba segura de que algo malo estaba sucediendo ahí.

Mis manos temblaban, Lucas estaba frente a mi fumando un cigarro y mirando hacia la ventana, supongo que en estas situaciones no sabía qué decir, pero estaba segura de que solo con su presencia me hacía sentir más tranquila.

Creo que me gustaba Lucas.

Digo, soy una chica que nunca ha tenido novio y ha vivido toda su vida en un lugar donde lo único que veía era pasto, más pasto y animales preciosos. Mino era el único chico de mi edad, pero a pesar de que me parecía atractivo, no lograba hacerme sentir como mi amigo de la ciudad. Era muy increíble para mi.

—¿Quieres hacer algo hoy?—Preguntó luego de apagar su cigarro y lanzarlo al pequeño bote de basura.

—No, estoy bien.

—Vamos, sé que no lo estás. Te invitaré a mi trabajo, están escarbando para poder hacer un subterráneo.

—Será otro día, Lucas.

Suspiré antes de levantarme dispuesta a salir de aquella habitación, pero no fue posible; tomó mi mano con fuerza y me atrajo hacia su pecho, llevando una de sus manos hacia mi cabeza para acariciar mi cabello con tranquilidad, mientras que yo solo pude envolver su cadera con mis brazos y recostarme sobre su pecho.

—Todo estará bien, lo prometo.

El día después de eso se había pasado volando, la cena estaba frente a nosotros y Min Yoongi me miraba con curiosidad, me dedicó una sonrisa que solo me limité a devolver con pena.

—¿Qué tal el pollo? Ana hoy se lució. —El señor Min adoraba la comida de la cocinera, era capaz de chuparse los dedos. Bebió agua y se dirigió a mi. —Tu padre llamó. —Los cuatro pares de ojos se dirigieron a él. —Dijo que vendría por ti en tres semanas, no te apures.

—Tres semanas son casi un mes. —Suspiré dejando mi tenedor y de pronto sintiéndome llena, no me apetecía seguir comiendo. —El pollo estuvo muy rico, gracias. Me retiro.

Todos asintieron sin decir ni una sola palabra. Me levanté de mi asiento, recogiendo mi plato dispuesta a llevarlo para fregar. Unas manos grandes me detuvieron, eran demasiado pálidas, así que supe quién era de inmediato.

—Yo lo llevaré, ve a descansar.

Asentí sonrojada, Yoongi se comportaba tan bien últimamente, incluso era agradable. Dejé todo sobre sus manos y con un paso apresurado subí a mi habitación, el ambiente se puso un poco tenso después de todo.

La puerta de mi habitación sonó, unos delicados golpes y un casi inaudible "¿Puedo pasar?" Se escucharon.

—Adelante.

Elena llegó hasta mi lado un poco avergonzada, se sentó junto a mi y sonrió de una manera bastante extraña.

—Sé que no doy una buena impresión, pero quiero ofrecerte mi apoyo ante cualquier situación. Somos chicas y debemos rescatarnos.

—Muchas gracias, también puedes contar conmigo.

Ella asintió y volvió a sonreír, yo no tenía muchos ánimos para hacerlo. Después de unos minutos pensando en un silencio incómodo, me atreví a hablarle de algo que tenia comiéndome la cabeza. Quizás estaba cometiendo un error, pero creía ciegamente en que ella podría ayudarme.

—Creo que me gusta alguien...

Sus ojos se abrieron de par en par, acomodándose mejor hacia mi.