I.

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Abrí con cautela la puerta de la habitación llamando a Alan, al no oír respuesta acabe de abrir la puerta para verlo dormido medio desnudo con la sábana descansando en sus caderas. 


Entré en la habitación iluminada por la ventana medio abierta y me planté frente al espejo mientras me quitaba el pijama que consistía en un jersey ancho que me llegaba hasta las rodillas y me quedé en bragas mirando mi reflejo. 


De golpe vi unos ojos que me miraban a través del espejo.

— Joder, me cago en todo, ostia—. Dije girándome y mirando a Alan que me observaba desde la cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza.

— Guapa —. Dijo con una sonrisa pícara.

— Lo sé—. Conteste y él empezó a carcajearse y a dar palmadas a su lado de la cama, invitándome a ir. — No puedo he quedado con Sarah y Alex que nos vamos al cine—. Dije mientras Alan hacía un puchero y seguido abrí el armario para coger una falda floreada hasta los tobillos, un top blanco con una chupa de cuero negra y para finalizar unas bambas negras.

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