Para mi esposo:
Hola, querido. Tal vez te preguntes por qué lo hice, es posible que no te hayas esperado que me haya atrevido a hacerlo, pero realmente ya no podía soportarlo. El que siempre me golpearas realmente me afectó, aún cuando decías que era porque me querías, intenté creerte, te juro que traté de soportar todos tus golpes. Pero después de lo último que hiciste ya no puedo aguantar más, cuando me embaracé creí que ibas a estar muy feliz, que la obscuridad de nuestras vidas se iluminaría y que cambiarías, pero me equivoqué. Aún recuerdo como te molestaste y negaste que fuera tu hijo, me pegaste una bofetada y me sangró la nariz, me sentí tan mal, no solo por el golpe, sino porque tú empeoraste. Después de que me golpeaste te fuiste, después de 12 horas volviste ebrio, tal vez no lo recuerdes por tu estado de ebriedad, pero me presumiste que habías estado con alguien, me dijiste que esa mujer era hermosa y sabía comprenderte, y que yo no podría compararme con ella, me dijiste que solo sabías que yo era mujer porque lo habíamos hecho varias veces, pero que era tan horrible que cualquiera podría confundirme con un hombre. Yo dejé pasar esas humillaciones, me convencí de que solo lo decías porque estabas borracho, así que solo te llevé a nuestra habitación y dejé que descansaras. Despertaste con un dolor de cabeza insoportable y te llevé un café, lo bebiste y después me lo escupiste en la cara, me gritaste y tiraste la taza al piso, comenzaste a gritarme diciendo que era el peor café que habías probado y que era una completa inútil. Yo me abstuve a simplemente agacharme a levantar los pedazos rotos de la taza, pero obviamente tú no ibas a dejar las cosas así, no, me diste una patada en la cara que hizo que cayera al suelo al lado de la taza rota, te subiste encima de mí e intentaste violarme, yo estaba aterrada, no quería hacerlo, tenía tanto miedo que golpeé tus genitales y corrí a encerrarme al baño, sabía que había cometido un grave error, ahora estabas más molesto, tanto que lograste derribar la puerta, no quería que me lastimaras y mucho menos que le hicieras daño a mi bebé, pero no había algo que yo pudiera hacer para evitar o inevitable. Volviste a golpearme, caí al piso, volteé a verte a los ojos, buscando en ti al hombre del que me había enamorado, pero en tus ojos solo vi odio. Me pateaste en el vientre y después comencé a sangrar, yo me desmayé y fue en ese momento cuando te diste cuenta de lo que habías hecho. Desperté en el hospital contigo tomando mi mano, la enfermera llegó casi enseguida y me dijo que había sufrido un grave accidente, que me caí de las escaleras y lamentablemente había perdido a mi bebé. Eso me destrozó, dejé de tener alguna razón para seguir viviendo, después de eso, cuando la enfermera se fue, dijiste que lo lamentabas, que cambiarías, que todo mejoraría. Pero ya no te creí, cuando me trajiste a nuestra casa todo estaba limpio, como si no hubiera pasado algo, habías recogido la taza, limpiaste la sangre y pusiste una puerta nueva en el baño, cuando te fuiste al trabajo yo pensé mucho, pensé en qué debería de hacer, ¿debería quedarme contigo y seguir soportando un infierno a tu lado? ¿O debería simplemente ir al mismo lugar al que fue mi bebé, liberarme de tus garras y ser feliz? Si, ya te habrás dado cuenta de mi decisión, si estás leyendo esto ahora es porque encontraste mi cuerpo en la tina llena, en el mismo baño en que asesinaste a mi bebé, el agua llena de mi sangre y mis muñecas cortadas. Tuviste razón todo este tiempo, soy una inútil buena para nada, ni siquiera fui lo suficientemente fuerte como para seguir viviendo, pero eso ya no importa, porque ahora soy libre, ya no tendré que soportar un solo golpe tuyo, no podrás seguir insultándome y eso me hace muy feliz.
Espero que tú también puedas encontrar tu felicidad, con el amor que algún día te tuvo tu ahora difunta esposa.
-La mujer que algún día fue tu prisionera.
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Notas De Suicidio
Short Story¿Alguna vez se han sentido como mierda? ¿Como si nadie en el mundo los quisiera? ¿Como si todos estuvieran en su contra? Bueno, estas personas lo sintieron tanto que se derrumbaron y no pudieron más.