Allí estaba yo, frente al internado que había pertenecido a mi familia durante generaciones. El lugar al que no había ido desde aquel terrible día en el que había perdido a mis padres.
Desde mi posición podía ver el edificio principal. Era viejo y de piedra, los años lo habían cubierto de altas enredaderas que casi escondían la fachada. No muy lejos de allí, se asomaba la reformada residencia de las alumnas, se habían dado mucha prisa en dejarla como nueva después de lo ocurrido.
Empezaba el nuevo curso escolar, por eso había llegado el temible momento de adentrarme en aquel recinto. Sacudí la cabeza y caminé hacia el edificio principal, era la primera en entrar.
Desde sus grandes ventanales observaba como el parking se iba llenando de coches elegantes y de viejos y nuevos estudiantes con sus respectivos padres. Todos ellos sonreían felices, se saludaban efusivamente tras un verano sin verse, los envidiaba.
Poco a poco fueron entrando. Todos y cada uno de ellos se fijaron en mí, murmullos, cotilleos, miradas de pena, mientras el corredor se iba llenando. Pero no podía culparlos, ellos sabían lo que había pasado y era lo más comentado ese verano.
Era la pobre chica de 16 años que se había quedado huérfana tras el horrible accidente, en el que las escaleras de mi residencia se habían hundido bajo nuestros pies el último día de clase, hace casi tres meses. Yo fui la única superviviente gracias a que mis padres me protegieron durante la caída. Habían dado su vida por la mía.
Sola observando desde un rincón la felicidad ajena y pensando en aquel día, me di cuenta de un detalle que rondaba mi cabeza desde hacía semanas. Había algo que no me cuadraba de ese día y hoy empezaría mi búsqueda por la verdad.
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Secretos en el internado
KurzgeschichtenGabriela ha perdido mucho en los últimos meses pero ahora tiene que volver y enfrentarse a sus miedos. Sin embargo, el destino es caprichoso y no todo es lo que parece. Gabriela estará sola ante todos los secretos que las paredes del internado escon...