La vida, la vida es una mierda...

Era tan fácil?

Narra William.

Comenzó a ser curiosa la manera en como ahora es Samuel conmigo.

Casi ha pasado un día, estoy aún angustiado sin saber que ha pasado fuera de este bunker.

No podíamos gastar mucha agua; llamé a Samuel para que vaya a bañarse, su respuesta me ha dejado inmóvil.

-Bañémonos juntos... -Dijo sonriendo al tomar una toalla de la repisa.

-Esto de verdad estaba pasando? –Se hizo un nudo en la garganta, caminaba de manera tan pero tan torpe que era un fastidio el saber que no se pone de acuerdo los sentidos con lo que ya ni puede ordenar en la cabeza.

-...Vienes? –Su sonrisa seguía.

Camine hasta el baño.

Me acerque quizá de manera automática; como si conociese su fisionomía de memoria, adelanté las manos hasta su pecho y desabroche los botones de su camina.

-...No podemos gastar demasiada agua. –Dije con esfuerzo sabiendo que mi voz se rompía y eso fue un gran esfuerzo de poder decir.

-Báñame tú, tienes el dominio de este lugar y de mi... -Empecé a odiar su sonrisa porque no podía dejar de verla y de gustarme.

-Samuel... -en serio deseas ser así conmigo. Que pasaba realmente por tu cabeza.

-Te digo que lo digas, no lo pienses... -Se mordió el labio. Fue inevitable no sentir su pectoral marcado.

-Apenas nos estamos conociendo y ya estas siendo coqueto.

-Soy así, moría por ser así por alguien y ya que estamos aquí...

-Y si fuese así?

-Pero lo es, de nada sirve que digas que no lo fuese. Ha pasado y realmente desearía tener algo de lo que pienso. Acaso no te gusto siquiera un poco?

-Claro que me gustas.

-Entonces?

-No se.

-Ya ves, solo has lo que piensas. Si no lo deseas igual pasará ya que te he dicho que no puedo estar mucho sin sexo. Y pasará sí o sí ya que no creo que resista más de 24 horas.