Lo siento papá, te he decepcionado.
Tú soñabas con ese vestido blanco que diseñamos hace años, con esos nietos preciosos,... Y ahora todo eso ya no está.
Aunque por fuera quieras ser fuerte, por dentro eres el llanto en persona. El deseo de la vida perfecta puede jugar una mala pasada, lo sé.
Ese vestido blanco ahora es negro y los nietos retratos. Ahora, aunque ya es tarde, me doy cuenta de que ese hombre no me correspondía. El amor me cegó por completo sin ser yo capaz de darme cuenta de la realidad.
Mi cuerpo tapado por las lonas del olvida cubren las cicatrices de los años que estuvimos juntos. Lo más duro es saber que tu asesino es la persona que más amas.
No te calles si tu marido te pega.