Agua con Bicarbonato

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-PACOS CULIAOS! – grite lo más fuerte que pude, mientras sentía que mis pulmones iban a explotar, no solo por el grito, si no que llevábamos corriendo más de 3 cuadras con los cabros, siendo persiguiendo por los “carabineros de chile” la supuesta institución que le brindaba “seguridad” al pueblo, y que debían desvivirse por el “bienestar” de este. Podía seguir poniendo tantas palabras entre comillas, de lo que supuestamente deberían hacer los pacos, pero que en realidad no hacían, si no que solo brindaban represión al pueblo que pertenecen.

Muchas de las personas que corrían conmigo  eran completos desconocidos, sin embargo nos ayudábamos y cuidábamos entre todos, con las pañoletas y las capuchas apenas podía reconocer algunos amigos que habían venido conmigo, entre esos amigos estaba el Bryan, quien era más que un amigo, pero de eso prefiero no contar mucho que me da vergüenza, como siempre corría a mi lado, vigilando atentamente que no perdiera el ritmo, y cuando lo hacía trataba de empujarme para que siguiera.

Podía sentir como mis músculos temblaban, como mi corazón latía tan rápido que en cualquier momento iba a reventar, mis pulmones estaban ardiendo ya cansados de respirar lacrimógena y a veces el agua del  guanaco. Cerré mis ojos por un momento, si,  yo muy aweona cerré mis ojos mientras corría, me di el lujo de sentir el cansancio de mi cuerpo y no preocuparme por nadie más que por mí. De eso recuerdo abrir los ojos y estar en el suelo con un dolor pronunciante  en la cabeza y ver como gota a gota se teñia el suelo con mi sangre, mientras de a poco comenzaba a sentir el dolor de la pierna derecha, me había tropezado, tropezado huyendo de los pacos, no podía creerlo, trate de levantarme mirando hacia atrás, viendo como el Bryan saltaba en dirección a los pacos, junto con otros capuchas, poniendo en frente de sus cuerpos los “escudos” de lata que habían auto fabricado, tirando piedras para que otros tomándome de la cintura me ayudaran a escapar, así que simplemente confíe en ellos, en sus gritos de que sin importar lo que pasara no dejara de correr, pero me detuve y volteé por última vez al escuchar disparos, el sonido era diferente al de una escopeta con balines, claro que sí, era munición de guerra, una vaina atravesando el abdomen del Bryan

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2019 ⏰

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