No Salgas

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Eran las 10 de la noche y el toque de queda comenzaba. Acababa de llegar y apresuradamente me preparaba para resguardarme en mi apartamento cuando Marie, la vecina, me pidió si le podía prestar un par de mantas. Entré a mi apartamento, escogí las mejores mantas y se las pasé a Marie. Entre nuevamente a mi piso y eché los cerrojos.

Mi hija ya estaba durmiendo y su hermano leía en la cama.

Arropé a Adele quién masculló un:"hola papá" antes de volver a dormirse. Fui luego a la pieza de Baptiste y le canté en voz baja hasta hacerlo dormir.

Fuí al salón para tomarme una copa de vino cuando escuché un maullido. El maullido venía de la calle. Me asome a la ventana y vi a peng-yao, la gata marrón rojiza de Ling, la dueña japonesa del N°7.

La gatita parecía perdida, como si no entendiera por que las calles estaban tan vacías,maulló otra vez, supliqué en silencio que no lo volviera a hacer o el ruido atraería a las tropas.

Un haz de luz inundó la oscura calle, alguien había abierto la puerta principal. La esbelta fugura peli negra de Ling de dejó ver en la acera.

Que creía que hacía!! Si las tropas pasaban, la matarían!!

Mire frenéticamente a ambos lados y escuché el pavoroso lamento de una sirena policial.

Ling no se enteraba de nada,ella seguía tratando de convencer a peng-yao de que entrará al bloque.

Llegó un camión de la armada del que se apearon 2 soldados que apresaron a una muy asustada y desconcertada Ling. Un tercer hombre, con un inconfundible aire de sargento, descargo una pistola y sin dar más señales le encajo 2 tiros a Ling y otro a la gatita.

Solté un grito... Mi gran error. Mientras sus hombres cargaban los cadáveres al camión, el sargento apuntó a mi ventana y disparó...

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2022 ⏰

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