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Kim NamJoon odiaba a TaeHyung, pero todas las noches que tenía libre se metía con él a la cama. Su odio hacía el castaño empezó cuando él tenía diecisiete y TaeHyung dieciséis. El menor era un adolescente coqueto de palabras sarcásticas y mirada burlona. Aunque en el fondo era solo un niño asustado llamando la atención.

Su primer encuentro fue mal y los siguientes fueron peores. Pero, así como lo odiaba, debía admitir que TaeHyung era hermoso. Tenía estilo y una mirada profunda que le secaba la boca. Y cuando sonreía, su corazón se detenía un microsegundo. Pero todo se iba a la mierda cuando abría la boca. El castaño tenía la mala costumbre de atacarlo con palabras burlonas cada vez que se veían y NamJoon no soportaba que nadie le tomara el pelo.

Pasaron todos sus años de conocerse entre idas y venidas, a veces llegaban a entablar una conversación civilizada y otras veces, ambos se atacaban con disimulados insultos. Pero no fue hasta que TaeHyung cumplió dieciocho que se desató su primer acercamiento. NamJoon llevaba mucho tiempo sintiéndose atraído por el menor, pero era solo algo físico, su parte coherente le decía que TaeHyung era el mismo chico que no dejaba de irritarlo y que no se dejara engañar por una cara y cuerpo bonito.
Fue en una fiesta, de alguna forma NamJoon perdió a sus amigos y TaeHyung perdió a los suyos, se encontraron y se quedaron juntos, buscando otros rostros conocidos. Pero a medida que el tiempo avanzaba, TaeHyung bailaba cada vez más y más cerca de NamJoon. Y un baile provocativo tras otro, terminó con ellos besándose contra una de las paredes del lugar. Fue el menor quien recobró la conciencia antes de que todo se saliera de control. Tae se había alejado de los labios de NamJoon como si estos quemaran y se había disculpado y desaparecido entre la multitud. NamJoon quedó atontado en la pared unos minutos hasta que un amigo lo encontró y le preguntó si se había drogado.

Los siguientes encuentros a esos fueron incómodos, Tae apartaba la mirada o fingía que nada había pasado y NamJoon lo único que buscaba era aclarar todo lo que había pasado. Pasó bastante tiempo hasta que pudieron hablar y volvió a pasar. Terminaron en algún rincón apartado de los ojos de sus amigos besándose.

Y continuaron con esa extraña necesidad de besarse a escondidas tantas veces como pudieran que un día no fue suficiente. Seis meses después de su primer beso, NamJoon llevó a TaeHyung a su departamento y se sacaron todas las ganas acumuladas durante años.

Pero esa vez no fue suficiente y las siguientes tampoco y luego ya se estaban viendo casi todas las noches con la única intensión de tener sexo. Y luego NamJoon sentía que no odiaba tanto a TaeHyung y que ya no le parecía tan irritante. Pero era solo de noche, porque cuando se veían durante el día seguían odiándose tanto como siempre.

Y es que TaeHyung era el hermano menor de su mejor amigo y no podían enterarse de sus encuentros ocasionales. 

Ocasionales. -VMon/NamTae.Where stories live. Discover now