¿Cómo se cura un corazón herido?

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Pues nada, aquí una vez más haciendo de las mías con Naruto y Sasuke, no sé por qué pero cada día me enamora más esta parejita. Espero que disfruten la historia.

¿Cómo curar un corazón herido?
Por: Adriana Jongcheveevat

Y ahí estaba él, recostado cómodamente sobre la agradable y confortable cama matrimonial que se encontraba al centro de aquella habitación que compartía con su pareja desde hacía un par de años. Eran cerca de las siete de la tarde y el anochecer comenzaba a teñir el cielo con una hermosa paleta de colores donde predominaban el naranja y el azul, curiosamente los colores que eran representativos de cada uno de ellos, sonrió satisfecho, si necesitaba que algo divino, celestial, mágico o sobrenatural le asegurara que su destino estaba sellado al de aquel sujeto que dormía abrazado a él y viceversa, el crepúsculo con sus peculiares colores era solo uno de muchos ejemplos para corroborar dicho designio.

Se encontraba tumbado boca arriba con su brazo derecho estirado a la altura de su rostro en donde reposaba despreocupadamente una cabeza con peculiar y exótico cabello rubio completamente alborotado y húmedo, se encontraba dormido después de haber tomado una ducha y lo abrazaba con brazos y piernas, podía sentir y escuchar su relajada respiración cerca de su cuello. Con suavidad y cariño con la mano de su brazo que servía de almohada empezó a acariciar la melena rubia provocando que el chico que dormía se acurrucara más a su cuerpo, en ese momento se sintió verdaderamente afortunado, estaba muy agradecido con la vida por tener a Naruto Uzumaki a su lado, una sensación dicha lleno su corazón de felicidad y susurró un "te amo" al blondo que dormía a su lado.

Después de terminada la cuarta guerra ninja y su fatídica y hasta absurda venganza en contra de su hermano mayor, no tenía idea de qué hacer de su vida. Todos daban por hecho que debía regresar a su aldea natal, aquella que abandonó y traicionó tiempo atrás, pero no iba a regresar como él resto de los shinobis, él era un asesino, un criminal catalogado de "máxima peligrosidad", era evidente que lo capturarían para ejercer una sentencia en su contra. Y así fue, tuvo un juicio como el delincuente que era, pero su antiguo maestro, que ahora fungía como el sexto hokage y su eterno amigo/rival habían abogado por él ante el consejo administrativo de Konoha para que no enfrentara la pena de muerte por los crímenes que había cometido, sin embargo tuvo que permanecer prisionero por un año completo sin la posibilidad de salir de su celda y con el permiso de una sola visita al mes. Al salir además, debía hacer servicio comunitario en sus días libres de misiones, además de que las misiones de alto rango estarían prohibidas para él por un periodo de un año también.

Pensando detenidamente las cosas, había sido una sentencia algo insulsa pues era claro que con eso no podía borrar y mucho menos arreglar los delitos que había cometido, pero dentro lo malo, y gracias mayormente a la ayuda de Naruto, había ayudado a restaurar la tan ansiada paz entre las cinco naciones. Los doce meses que había pasado en la prisión de máxima seguridad de la aldea habían sido los meses más agonizantes de su vida, lo tenían esposado de pies y manos, pero no con una esposas convencionales, sino con unas especiales para que no pudiera utilizar su chakra. Sus ojos permanecían vendados con una banda que sellaba el uso de su poderoso sharingan, que era lo que verdaderamente encendía las alarmas en las personas, más ahora que ya había despertado diversas variantes el mismo. Su celda tenía varios sellos para evitar que se escapara y se encontraba en lo profundo de sótano que solo era iluminado con un par de antorchas. Eso sí, lo alimentaban tres veces al día, le permitían bañarse a diario pero tenía estrictamente prohibido hablar con sus carceleros, si lo hacía, estos tenían la instrucción que no contestar ni pronunciar palabra alguna.

Según sus cuentas, iba a cumplir el primer mes bajo esas condiciones y se encontraba verdaderamente agobiado pues por muy sólido y fuerte que fuera su espíritu debía admitir que estar bajo aquellas circunstancias estaba quebrándolo además de todo lo que había pasado en la guerra y con Itachi Uchiha. Cierto día, no supo bien si era de día o de noche, pudo escuchar más personas de las que normalmente acudían a ese lugar, que por lo general eran dos o tres y después pudo oír como los barrotes eran golpeados y una voz muy conocida para él pronunciaba su nombre.

¿Cómo se cura un corazón herido?Where stories live. Discover now