Nunca había escrito algo parecido, la simple idea de tener un diario me sonaba estúpida. Aunque supongo que a tres meses de un intento de suicidó y al no sentir una mejoría desde entonces es necesario intentar plasmar lo que siento y soy para descubrir en dónde radican mis problemas.
Es fácil fingir. Que tu familia y terapeuta crean que vas mejorando se logra sonriendo y contando sobre tu día, incluso las partes malas... eso sí, siempre debes agregar "pero las arreglé gracias a..." o un "no le afectaron porque...". Con el psiquiatra es aún más sencillo, con el puedo ser sincera, únicamente me mirará por un rato y si lo considera necesario agregará una pastilla más a la lista.
No creas que seguir sumida en la depresión es lo que quiero ¿Quién lo querría?, es ridículo siquiera pensarlo. Estar triste no se compara con estar vacío, sentirte en un sueño y ver a tu cuerpo hacer todo en automático y con desgano sin poder evitarlo.
Aún así no todo es malo, tengo días buenos, días en los que no todo está tan mal y en los que me doy cuenta que aún me puedo reír de los chistes. Esos días en los que la muerte me da un descanso y decide ir a atormentar a alguien más. Lo único es que esos momentos cada vez son menos y que solo sirven para recordarme lo horrible que es dejar de sentir nuevamente.Hablando de la muerte, puedo decir de forma segura que no me da miedo. El día que decidí dar fin a mi vida sentí una paz que no había logrado en años, juro que habría sido tan fácil el simple hecho de entregarme a ella. Quizá estuve a un minuto o a una píldora, el hecho es que no lo logré. Y que con ello me di cuenta que me dió más miedo el no morirme. ¿Será que ese ser supremo quiere que siga sufriendo y por eso me retiene?, espero que no, no imagino quién pueda hacer algo tan horrible como para merecer un castigo como este. Porque con esta enfermedad no solo sufro yo, también lo hace mi familia.
Y aún sabiendo que les duele y que hacen su mayor esfuerzo por comprender, no lo logran. Porque no es sencillo comprender una enfermedad con síntomas tan engañosos, esos síntomas que no se pueden medir y cuantificar, que fácil sería que existiera un artefacto para medir exactamente qué tan deprimido o ansioso estás... Y que todos lo pudieran ver como en un termómetro.
Cómo sigue sin existir todavía me encuentro con enunciados frecuentes, normalmente no me los dicen directamente, se lo comentan a mi mamá.
"¿Cómo es que haría algo así?, ¿Siempre la ví tan centrada? ¡Pero si lo tiene todo!".
¿Qué cómo podría hacer algo así?, ¿Qué lo tengo todo?. Nadie tiene idea de lo que el de junto carga y cuando lo intentas explicar por lo general te ignora o si te ponen atención lo minimizan.
Poco a poco intentaré explicar aquí los problemas que me persiguen, problemas que se fueron haciendo cada vez más grandes al ocultarlos.
Para poder seguir aquí, despierta y con vida he decidido poner una sonrisa en mi rostro, no importa si por dentro estoy gritando. Buscando en la oscuridad que me envuelve un motivo que me ayude a seguir, a no dejar sola a mi mamá.
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Sobreviviente
RandomPorque las enfermedades mentales también son un problema. "No es como si tuvieras cáncer, deberías estar feliz de estar sana y con vida". Es una frase que escucho constantemente, lo que la gente que me rodea no quiere saber es que no estoy feliz por...