¿Por qué te importa tanto?

Capitulo Único

¿Por qué es tan importante para ti?

No lo sé, es una interrogante cuya respuesta no he buscado ni estoy interesado en hacerlo aún tengo mucho por hacer, por lograr y demasiados críticos a los que callar además de vencer a mi padre para heredar el comensal...Es mucho trabajo que conlleva mi concentración máxima y un esfuerzo doble, pensar en eso ¿Por qué? Es una distracción, solo sé que lo es y aunque podría decir amistad, que mi instinto de ayudarla constantemente está definido por nuestra unión amistosa es mucho más.

Muchos más que sinceramente, justo ahora, no es conveniente que entienda.

- Dime ¿Por qué te importa tanto? -me cuestiona con esa aura de superioridad, se burla de creer que conoce algo que yo no- Aun no olvido tus palabras cuando nos conocimos y he escuchado historias referentes a ti y a la princesa, principalmente se habla de que te despreciaba, te odiaba tan mal que verte fuera de Tootsuki sería su mayor placer pero algo cambio, tú la cambiaste y según muchos la salvaste ¿Por qué?

Eso es sencillo, tu no la viste ese día... como temblaba, esa es una imagen que no puedo sacar de mi cabeza, jure que iba a extinguir esa vulnerabilidad y ahora la has traído de vuelta con tus tretas...Las razones para vencerte no abarcan solo a mi padre.

Ella es fuerte, más de lo que todos se empeñan en creer, arrogante y hasta cierto punto hiriente. En si su máximo rasgo notable es que parece inalcanzable, fría y ajena a los problemas, pero cuando todo eso se desvanece queda ella, su lado temeroso que no le permite decir no, qué quiere correr porque perdió la fortaleza para enfrentar sus problemas.

Cuando Nakiri actúa así me resulta insoportable

- La Nakiri que tú ves, que sus padres ven, que los otros ven e insisten en crear, no es la veo ni los que los de la Estrella Polar ven...Esa Nakiri jamás podrá ser la mejor, tal vez estará en la cima, pero nunca dará más allá de lo que los límites.

Esa Nakiri no tendría especialidad, esa chica no hubiera ayudado con sus lecciones a sus amigos a pasar los exámenes de Hokkaido ni mucho menos hallar su estilo ideal tampoco gozaría de la fuerza para mirar y burlarse en la cara de su padre sin titubear.

Esa Nakiri no es la Nakiri que cada día probaba uno de mis platos en su escritorio ni la que copio cada una de mis frases en los Shokugekis.

- ¿Ah, sí? -su sonrisa es forzada y el volumen de su voz inusualmente alto, intenta fingir una seguridad de la que carece- De nuevo usando palabras demasiado adultas para un niño como tú...Abre mis ojos ¿Cuál es la Erina que Tú ves?

La que conozco.

- Es sencillo, la que nunca dirá en su sano juicio lo que quiero que diga -no me refiero solo a admitir que mi cocina es buena-, yo la veo a ella no nadie más.

Ni a su madre, ni a su padre, ni siquiera a su abuelo, solo ella...simplemente Nakiri.

- A la que quieres que acepte tu cocina, eso es lo único que ves cuando la miras, solo te importa que te reconozca -de nuevo con su sonrisita vanidosa, la misma que hizo en la mañana, la diferencia es que en esta ocasión mi frustración no me controla.

- Si -lo asumo, su sonrisa se expande ¿Cree que ha ganado? En la cocina no es el único sitio donde me gusta que me subestimen- es lo único que me importa.

No lo niego, cuanto más admiro el nivel de su arrogancia más ganas tengo de bajarlo de su pedestal, porque es una verdad...a medias

- ¿Quieres que te diga por qué? -le pregunto por el placer de causarle incertidumbre, aunque el dijera que no aun así se lo diría, lo que Asahi me causa es un sentimiento tan desagradable y repulsivo que mantener mi apariencia calmada en su presencia es un reto casi imposible, casi.