Epílogo

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Llegue media hora después. Su madre había llegado no hace mucho, ya que a ella la llamaron primero.

Las enfermeras habían corrido pero ella ya estaba con los párpados cerrados abrazando sus propios brazos.

Vannesa había muerto a las 2:34 am sola en una sala de hospital. Con un bolígrafo en una de sus manos y un cuaderno en las piernas. Iba con la idea que todo fuera mentira y que en realidad ella estaría sentada en la camilla esperándome con una sonrisa.

Pero vi a su madre partirse frente a mis ojos y no lo podía creer. Antes que se la llevaran pude ver su cara, parecía estar en paz... por primera vez.

Estaba sentado junto a su madre en la sala de espera cuando una enfermera llegó a mi lado, trayendo las cosas que Vannesa había dejado. Le dio casi todo a su madre, pero a mí me entregó una serie de cuadernos de los que desconocía totalmente. Ella no dijo nada solo que llevaban mi nombre por todos lados y su madre decía que no eran para ella.

Al llegar a casa evito a mi madre y me encierro en mi habitación poniendo todos los libros en la cama. Abro el que lleva numero uno adelante, leí todo sobre Vannesa y entre esas cosas contaba lo que había pasado con su padre.

Demoré un día entre lágrimas y gritos como si ella estuviese escuchándome.

- ¡Por qué me haces esto! – gritaba con venas realmente marcadas – Vannesa...

Estaba seguro que mi madre me escuchaba del otro lado de la puerta, pero aun así nunca me interrumpió.

Dos días después había leído todos los cuadernos. En el último dijo porque el papá era así con ella. Y... no me lo puedo creer.

Vannesa no era su hija. Vannesa fue el resultado de una infidelidad de su madre que hasta el día de su muerte su madre no se lo contó. Y Vannesa decidió llevárselo a la tumba. Quería ir directo y tocar su puerta, pero... si estos cuadernos son solo para mí... quién soy yo para tomar otras decisiones.

Cuando llegó el momento de leer la última frase, sentía a Vannesa junto a mí... escuchaba su voz, sentía su cabello rozar contra mí, o las manos frías con las cuales siempre me tocaba...

Aprenderé de todo esto que me dejaste. No me quedaré estancado y haré lo mejor que pueda de mí, todo por ti.

Te amé y lo seguiré haciendo Vannesa. 

No Podré OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora