Wei Wuxian era una luz con apariencia de ángel al vestir esas túnicas pulcras y blancas características de su secta.
A diferencia de Lan Wangji, un alfa de ropajes negros con detalles color carmesí y cinta negra con nubes rojas en su frente.
Durant...
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Rechino los dientes ante la impotencia y el miedo que sentía en ese momento. Su omega interno se revolvio ante la presencia de su alfa destinado en la sala.
Él siempre había sido el discipulo número uno de su secta, un chico entrepido, muy extrovertido e inquieto con un buen puntaje y desempeño en todas las artes de la cultivación. Todo un prodigio
Pero, en esos momentos nada de esos títulos o habladurías de los demás cultivadores valían la pena, no ahora que estaba arrodillado sin fuerzas, con sus meridianos y energía espiritual sin fluir en su cuerpo a causa de una técnica extraña.
No ahora que estaba temblando de impotencia ante la persona que alguna vez consideró su mejor amigo.
No ante ese hombre que ahora estaba frente a él, mirándolo fijamente con los ojos de un tono carmesí, liberando feromonas de enojo ante los gritos de su prometido. El de ojos carmesí era su alfa destinado.
Y había venido a reclamarlo.
Wei Wuxian en esos momentos era un hombre débil ante el merced de un cultivador demoníaco, que no había sido ni nada más ni nada menos que un amigo de su infancia, o mejor dicho, un pequeño niño que apenas conoció lo hizo su amigo. Y cuando en su adolescencia descubrió que eran destinados.
Lo había conocido durante uno de sus viajes con su padre y su tío Fengmiang, él sólo tenía 7 años y medio, y en plena villa, vio a un niño solitario de extrañas vestimentas oscuras y cinta negra con nubes rojas. Sus ropas le causaron curiosidad, a diferencia de las suyas que eran blancas como la nieve, sus ojos fríos y de un color único le llamaron la atención. Wei Wuxian sintió muchas ga as de conocerlo, saber porque estaba de pie mirando fijamente un puesto de pan.
Aprovecho que su tío y su padre estaban ocupados comprando algunas cosas y se separó de ellos para acercarse al niño, se tenso cuando noto lo que quería hacer el pequeño. Él niño de vestimenta negra se acercó al puesto cuando él vendedor comenzó a hablar con un cliente y así poder aprovrchar la distracción. El niño quería robar el pan.
Abrió los ojos escandalizado y aceleró más sus pasos casi hasta el punto de correr, el hombre del puesto lo había pillado cuando apenas había tomado uno de los panes largos. Antes de que el vendedor comenzará a gritar que le estaban robando, Wei Ying actuó rápido apenas logró al puesto.
-"¡Hermano! Te dije que me esperaras ¿como pensabas comprar el pan?. Recuerda que yo tengo el dinero, tenga señor aquí están las monedas, nuestra madre nos mando por comida. ¡Adiós!" Wei Ying sonríe ante la mirada sorprendida del pequeño y antes de que el vendedor dijera algo, jalo al de vestimentas negras y comenzó a arrastrarlo lejos de ahí
El hombre parpadeo y guardo las monedas creyéndose todo el cuento.
-" Eso estuvo cerca" - dijo en un suspiro Wei Ying una vez lejos de la visión del vendedor y miradas curiosas, el niño se mantuvo callado con el pan largo entre sus brazos. Wei ying lo miró y le sonríe radiante.
