La Líder

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Ya comenzaba a entrar la madrugada cuando unos pasos calmos se dejaron escuchar en los pasillos del palacio del nuevo Tokio de cristal, el cual era tan hermoso que dejaba sin aliento a quién lo miraba, sus muros estaban hechos de plata y oro, terminando en lo alto, con unas hermosas cúpulas de cristal las cuales Siempre dejaban entrar la luz de la luna, sus balcones, eran de mármol blanco y de todos, caían enredaderas de rosas rojas y blancas, esto debido a que los reyes les gustaba tener algo con que recordar su pasado como Sailor Moon y Tuxedo Mask


Los pasos se acercaban a uno de estos balcones y una delicada figura se dejó ver en dicho balcón... era Sailor Venus.


Sailor Venus miro hacia el cielo iluminado por la luna y sonrío para sí misma aunque las opiniones hablaban de lo Injusto que era ser una Sailor scout y del sacrificio que representaba serlo, a Venus no le parecía así, ya que ella sabía bien, que para eso había nacido y estaba muy orgullosa de cumplir con su misión.


Cerró los ojos en la oscuridad de la noche al abrirlos volvió a sonreír al ver la Ciudad de Tokio de cristal, ya que sabía bien, lo que les había costado y lo que representaba.


Venus recordó cuando ciertos chicos llegaron a la preparatoria Juubain poniéndolo todo en riesgo, y aunque la reina, que en ese momento era solamente Serena, siempre supo que su destino era al lado de Endymion, le fue difícil alejarse de Aquel chico pelinegro de ojos azules... Seiya.


Su rostro se lleno de melancolía al recordar a aquel chico malhumorado de cabello plata y desafiantes ojos verdes.


-¿Qué será de ti? Pronunció en voz baja llena de melancolía, bajando la cabeza y apoyando las manos en el barandal de aquel balcón, ese que estaba lleno de rosas, lo que ocasionó que las espinas atravesaron sus suaves manos, al sentir el dolor causado por dichas enemigas, soltó la baranda y comenzó a quitarse una a una cada espina incrustada en sus manos.


Cuándo al fin terminó su tarea y sus manos se encontraron libres de aquellas tortuosas espinas, volteó a mirar al cielo y quedó sorprendida, pues después de más de 1000 noches de no ver una sola estrella fugaz, el cielo, estaba cubierto por ellas.


Realmente eran hermosas y Venus volvía a tener 15 años y volvía a ser Minako y se quitó la pesadez del cargo de ser la líder y sonrío, pero esta vez sonrío de verdad, como lo solía hacer en esa época y brilló, brilló igual o más que aquellas estrellas en el cielo.


-¡ Vaya, ya era tiempo Aino! Una fría voz escucho en la parte izquierda de aquel balcón.


Venus se sorprendió al reconocer la familiar voz que a pesar del tiempo no había podido olvidar.


- ¡Yaten!


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⏰ Última actualización: Nov 28, 2019 ⏰

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