La despedida

Tres figuras se encontraban de pie en aquel prado mientras el viento mecía sus cabellos, mientras observaban la lejanía. Entre ellas figuraba el otrora Abisal del norte, cuyo poder lo llevo a liderar aquella armada, ahora un fugitivo, perseguido por aberrantes seres creados por la organización, que antaño protegió tan devotamente.

No podía sentir el yoki de aquellos seres, pero sabía que lentamente se acercaban su posición. Lo alcanzarían de aquello no tenía dudas, solo le quedaba una cosa por hacer y este era el momento.

Nuestros caminos se separan aquí, Raki-dijo este-.

Si-respondió otra, que atendió al nombre de Raki-.

La figura, que no había tomado palabra, una mujer se aferraba a su brazo como solía hacerlo desde que se conocieran hace unos años atrás. Raki sabía que ella no lo dejaría, y por lo tanto su viaje continuaría junto a ella.

Isley, Priscilla...

Lo sé-interrumpió Isley-. No hay problema-una sonrisa se dibujo en su rostro-.

Raki tomo su espada, y los recuerdos comenzaron a circular por su mente.

No olvides, lo que te enseñe-le dijo Isley devolviéndolo a la realidad-.

Raki simplemente asintió, tomo a Priscilla consigo, y antes de empezar su largo trajinar, miro una última vez a Isley.

"La farsa ha terminado", pensaba Isley, que comenzó a caminar en dirección contraria-. Pero quisiera continuarla.

Raki e Isley, que hasta hace poco estaban juntosmarchaban en direcciones contrarias, mientras en sus rostros resbalaba una lágrima.