Noviembre
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Steve sonrió al terminar de decorar la tarta de calabaza que había horneado aquella tarde.
Era día de acción de gracias y aunque Tony había dicho que sería él quien se encargaría de la cena, Steve había horneado algo para el moreno, como cada año desde que lo hubiera conocido.
Porque era día de acción de gracias y si había a alguien a quien Steve tenía que agradecerle era a Tony.
Tony quien le había dado un hogar después de despertar del hielo, Tony quien no había dudado ni una sola vez en sacrificarse a sí mismo por intentar hacer un mundo mejor para los demás, un mundo mejor para él.
Tony quien le había dado una familia maravillosa y le había hecho el hombre más feliz de la tierra en muchas maneras. Tony quien le había enseñado que la felicidad tenía muchos matices.
Asi que ese día Steve quería agradecerle, agradecerle por la maravillosa persona que era y por cada día intentar ser mejor.
Steve asintió conforme al ver el resultado y una vez colocó la tarta en el refrigerador camino despacio hacia su habitación.
Aún tenía que bañarse y terminar el dibujo que había hecho como tarjeta para el moreno.
Media hora después el rubio se sentó frente a su escritorio para poder poner con letras algo temblorosas el nombre de Tony en el reverso del sobre y después dejarlo pegado en la nevera con uno de los imanes que Peter había colocado ahí.
Con un suspiro muy satisfecho el rubio se fue a sentar a la salita y sin darse apenas cuenta terminó quedándose dormido,no se dio cuenta cuando una cobija fue colocada sobre su cuerpo ni tampoco cuando horas más tarde unos labios suaves dejaron un beso en su frente.
Peter sonrió viendo a su papá dormir en el sofá inclinándose de nuevo hacia el para darle otro beso sobre los suaves cabellos de algodón, el color dorado de rayos de sol hacía años se había ido dejando ahora solo un blanco impoluto que le daba ese aire de dulzura que solo el tiempo sabía volver a dejar en la mirada.
-No vayas a despertar a tu papá Peter, deja que duerma-
Le advirtió Tony caminando hacia la cocina para dejar las compras, esa mañana Peter le habia llevado al supermercado.
-Suegrito le dije que dejara todo ahí... yo lo iba a subir-
Wade paso detrás de Tony cargado con un montón de bolsas e intentando alcanzarlo para quitarle las que el hombre cargaba.
-aún puedo cargar mis compras Wade... no soy tan viejo cómo crees-
Le contrario, aunque claro lo único que Traía Tony en sus bolsas eran las servilletas de cocina y una bolsa de donas que muy casualmente se habían colado en el carrito.
-¿entonces porque solo cargo sus donas?-
Tony le dedicó una mirad a muy ofendida.
-da gracias que Steve este aún dormido o te tocaba ser el pavo de esta noche-
-entonces habría tenido la mejor cena de su vida suegri-
Peter bufo entrando a la cocina, era imposible que esos dos estuvieran juntos sin estarse molestando. Aunque los años pasarán Tony y Wade parecían seguir siendo como el agua y el aceite...
Pero todo no eran más que palabras pues Wade ya se había acercado a Tony para ayudarlo a esconder las donas en algún estante donde Steve no pudiera encontrarlas y ragañarlos.
Una vez las donas estuvieron escondidas Tony se giró hacia la nevera encontrándose con el sobre que Steve había pegado ahí para él.
Sonrió acercándose para tomarlo entre sus manos.
