La historia de una más

Bienvenida a casa

Mientras cerraba la puerta y ponía mi abrigo en el perchero escuchaba los pasos de mi madre acercarse a toda prisa.
-- ¡PAF! -- Para cuando me di cuenta mi madre ya me había abofeteado fuertemente en la mejilla estaba en shock por lo rápido que sucedió, mis manos subieron rápidamente a mi mejilla mientras intentaba contener las ganas de llorar y con un nudo en la garganta dejé caer mis cosas al suelo.
-- ¡¿Qué hora crees que es?! ¡¿Qué no sabes que estás no son horas para que una mujer decente llegué a su casa y más con la ropa vulgar con la que vistes?! Y por si fuera poco ¡¿Cómo puedes ser tan desvergonzada de venir tan tarde con un hombre a tu lado?! ¡¿Acaso nunca planeas casarte o no tienes decencia?! -- ¡PAF! -- Mi madre me abofeteo de nuevo --¡¿Quieres dejar en ridículo a nuestra familia o es que acaso prefieres estar de golfa con cualquiera en vez de estar en casa como una buena mujer?! ¡¿No sabes toda la basura que hablan de nuestra familia gracias a tus vulgaridades o es que acaso te gusta que hablen así de nosotros?! ¡¿No piensas en mí, o en tu padre o en el pequeño Paul, tan sólo tiene 6 años y tiene que verte actuar como la puta golfa que eres?! --
Mientras escuchaba los gritos de mi madre teniendo la certeza que aunque le explicará todo ella solo diría que es lo que me busque por estar de golfa. No pasó mucho cuando vi a mi padre acercarse también.
-- Iris, déjala, si ella quiere ser solo una cualquiera sin una pizca de decoro, que lo sea, que trabaje pronto y se largue de esta casa y nuestras vidas, así no nos avergonzara más -- Escuchaba las hirientes palabras de mi padre y cada vez se hacía más difícil contener mis lágrimas hasta que, cuando alcé un poco la vista, pude ver a mi hermano pequeño verme desde arriba de la escalera más triste que yo y pensé que no quería que el me viera así, tomé un respiro disimuladamente y traté de contenerme de llorar lo más posible.
-- Tienes razón Jonas, si quiere perder todo el decoro debería hacerlo lejos de nosotros, ¡¿Que esperas?! Toma tus cosas y lárgate a tu cuarto golfa barata --
Rápidamente tome mis cosas del suelo y subí a mi habitación, mientras subía por la escalera mi padre le gritó a mi hermano pequeño: -- ¡¿Ves Paul?!, Así se controla a una mujer descarrilada, primero tiene esas ideas ridículas de querer estudiar una carrera y ahora que se la dimos piensa que es solo para que salga y sea una golfa con cualquiera, incluso con Finn, el que es tan buen chico, que pena..... Pero bueno, ¡Iris vamos a cenar ya! --
-- ¡Sí cariño! ¡Paul baja ya! -- Paul escucho eso y bajo rápidamente con ellos para evitarse un regaño, después de que ellos cenarán el llegó a mi puerta con una bolsa de hielos y algo de pan que trajo escondido en la bolsa de su sudadera.
-- Es para ti y para tu cachete.... En la escuela dicen que está mal pegarle a una niña, mamá y papá no deberían hacerte eso -- Dijo el pequeño mientras me extendía sus manos con la bolsa de hielos y el pan. Inmediatamente no me pude contener más el llanto, tome las cosas y lo abrace llorando un poco, después de poco rato me volví a calmar.
-- Muchas gracias por el hielo y el pan Paul, eres un buen niño -- le dije mientras lo abrazaba y sostenía la bolsa de hielo en mi mejilla.
-- De nada hermana, ya me voy, si me ven aquí se enojaran más, descansa... -- Se quedó un momento parado frente a la puerta pensando, luego voltio rápidamente y dijo con mucho entusiasmo -- ¡Cuando yo sea grande cuidare de ti, nos iremos muy lejos donde no nos encuentren, entonces mamá y papá ya no te podrán pegar más, te lo prometo! -- Dijo ilusionado y convencido.
-- Gracias, esperaré ese día entonces, me esforzaré para poder cuidarte también -- Le dije con una sonrisa, el me devolvió la sonrisa y se fue.
-- Sigh -- Suspiré -- Que día tan más fatal, debería decirle a Charlie que no podré salir con ella el fin de semana, ni siquiera pude decirle a Finn de cualquier modo --
Tome mi celular y llame a Charlie, le conté todo lo que pasó, lo del viejo Hans, Finn llegando a ayudarme, las bofetadas de mi madre, lo que dijo mi padre y la promesa de Paul.
-- Supongo que eso significa que no saldremos el sábado -- Dije algo decaída y con voz ronca por haber estado llorando antes.
-- Amiga, tus padres esta vez llegaron demasiado lejos, ¿Sabes? necesitas una noche lejos de ellos y de sus comentarios absurdos -- Dijo Charlie con mucha irá después de todo a ella no le agradaban mucho mis padres por todo lo que me dicen y lo que hacen, debido a la historia de su padre muchos de los vecinos solían hablar mal muy amenudo de su madre y de ella, esto las disgustaba mucho y lo que era peor mi madre era la que solía iniciar todo ese tipo de pláticas para burlarse de ellas, siempre iniciaba diciendo cosas como que su madre era una cualquiera o que Charlie era una no deseada y más cosas de ese tipo.
-- Sabes que si les digo que saldremos no me dejaran --
-- ¡Eso no importa!, Hablaré con mi mamá, sabes que ella nunca estuvo de acuerdo con como te han tratado o como te hablan, le diré que diga que nos quedaremos todo el sábado a estudiar en mi casa o algo así para que podemos salir a qué te distraigas un tiempo -- Cuando la oí decir eso me emocioné y pensé que no podía creer como alguien así podía ser mi mejor amiga.
-- Mmmm, de acuerdo, está bien me convenciste, muchas gracias, eres la mejor -- Apresar de que dije eso seguía dudando ya que cuando les pedía permisos o les respondía ellos a menudo me amenazaban con hacerle algo a Paul, a menudo Charlie me preguntaba por qué no me iba de esa casa y la razón era Paul, si me amenazaban con lastimarlo mientras estaba ahí no sabía de qué serían capaces si un día llegó a no estar, es mi hermano después de todo, se que un día acabaré mis estudios y nos iremos los dos muy lejos de ellos.
-- ¡Perfecto!, Le mandaré un mensaje a Finn y le diré todo a mamá mañana a primera hora, es miércoles así que tenemos tiempo suficiente --
-- Gracias, bueno ya es algo tarde y no te quiero quitar más tiempo con mis problemas así que te dejare dormir, no quiero que llegues tarde a clases por mi culpa --
-- Jaja ¡Bromeas!, Quien siempre va tarde eres tú, pero bueno tienes razón ya es tarde, pero recuerda que me cuentes tus problemas nunca será una perdida de tiempo, hay gente a la que le importas mucho, gente que te necesita y te apoyará siempre, yo, Finn, mamá, tú pequeño hermano, incluso Robin, todos nosotros te queremos -- Cuando termino de decir eso sentí ganas de llorar de nuevo pero eso podría hacer preocupar a Charlie así que aguante lo más que pude.
-- Gracias Charlie, yo igual los quiero a todos, hasta mañana -- Colgué el teléfono, me puse la pijama, apague la luz y decidí ir a dormir, este horrible día había llegado a su fin, otro nuevo día lleno de sorpresas me espera mañana.