♰ DEUS | MEUS ♰ [SNK-E.x.L]

EQUIVOCADO

[Levi narra]

—Bueno, estoy listo. Ahora a esperar...

Cerré el libro, y me senté en la cama, dispuesto a esperar lo necesario para que el hechizo surtiera efecto y yo tuviera en el centro del círculo de Conjuro. El huevo de un dragón.

Tenía puesto un camisón blanco, grande... bastante ancho por el cuello ya que se descubría de mis hombros el izquierdo más que el derecho. No me gustaba usar algo tan tradicional como Kimono o yukatas, dentro de casa. Era de mañana lo sabía por la temperatura y el olor a humedad en mis ventanas. Tras un largo bostezo me pongo a caminar, andaba descalzo por el parket* de casa, con el cabello algo alborotado.

Tras un par de minutos, salgo del baño con el cepillo aun en la boca y en bóxer. Ayer me había trasnochado, consiguiendo los requerimientos del hechizo. Con otro bostezo, regrese al dormitorio.

Poco sabía las consecuencias que tendría de lo que hice.

Me terminarían marcando de por vida.

Incluso desconocía cuanto llegaría a arrepentirme por no leer bien el conjuro, y no notar que estaba tachado por alguien...con el fin de evitar que este error se repitiera y nos llegáramos a conocer, otra vez.

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[Eren Narra]

El paraíso, es un lugar extraño.... Debe serlo.

Muchos piensan que es blanco y rodeado de nubes... Lleno de vegetación, animales silvestres y libertinaje de reglas mundanas, caos...

Y existe otros ingenuos más que piensan que está rodeado de mujeres, bebida, riquezas que solo viven en la codiciosa mente humana, todo con el fin de no sumergirse en las interminables llamas ardientes del vicio por su pecado.

Fuego, perdición, azotes y sangre....

Un lugar al que esperan ansiosamente una vida por llegar a visitar, ¿no?

... Oh espera. No, creo que eso le llaman: Infierno.

Como sea, es aburrido.

Batí mi cola, y seguí tomando de una copa llena de vino que permanece llena desde hace cinco mil años.

Me presentare, Soy Eren. Un Dios, o gran Señor... como prefieras.

Dejo la copa de lado, y me concentre en la canasta de uvas a mi costado. Comiendo con desgano. De hecho, ni me molesto en probarlo, solo las dejo deslizar por mi garganta.