Anónimo

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Llegue a mi casa después de las clases de gimnasia, patinaje sobre hielo y canto que mi padre me obligaba a ir, entre a mi cuarto, me tumbe en la cama y empecé a escribir en mi web, como siempre, todas esas cosas que pasaban por mi mente.

"Con el tiempo me puse una coraza y cada vez me la quito menos. Y las personas que llegan nuevas a mi vida tienen que derribar mis barreras para llegar dentro. Y así me va, aprendiendo antes a evitar el golpe que a arriesgarme, una vez más, a conocer personas maravillosas por culpa de un pasado que solo dejó heridas. No es tan fácil como dicen, cuando te han dolido tanto que ya no te atreves a confiar como antes lo hacías, todo es más difícil. Miras a la gente con otros ojos, poniendo el freno antes que el corazón, no quiero seguir estrellándome contra la realidad de algunas personas. Y pasa el tiempo y nada cambia. Sigo a la defensiva y rechazando a todo aquel que llega nuevo, o al menos, no se lo pongo fácil. Pocos son los que aguantan, la verdad. Casi todos se van al segundo intento de estar cerca de mí, y sé que la culpa, en parte, es mía, digo en parte porque el pasado está claro que tiene mucho que ver con cómo soy hoy, pero también sé que soy yo quién decidió levantar muros tan altos. Quizá no aprendí la lección correcta del ayer. Tal vez ese dolor que llegó un día que eclipsó todo lo bueno. Puede que me haya equivocado al protegerme tanto. No digo que esté mal pero... ¿estoy segura de que soy más feliz aquí encerrada? No lo sé, yo diría que ya basta de seguir oculta en la seguridad de mi castillo, que lo derribe yo misma y me arriesgue a ver qué pasa. Por mucho que pueda llegar a doler de nuevo, me estoy perdiendo cosas increíbles por seguir eligiendo cada día ver la vida pasar desde la comodidad de mi zona segura. Tal vez sea hora de volver a ser feliz, a confiar en todo lo que la vida te tiene reservado. Y sí, puede que un día alguien me vuelva a romper por dentro, pero, si sigo encerrada, no habrá nadie cerca que me ayude a recomponer, uno a uno, todos mis pedazos."

Acabe y me puse a reflexión sobre lo que escribí siempre lo hacía, escribía de como me sentía, pero, aunque al final de cada post dijeron ese punto de reflexión, yo nunca lo cumplía, ¿irónico verdad?, pero es así, soy la típica de "doy consejos, pero, para mi no tengo", la verdad es que esa era una parte de mí que odiaba, para ser sinceros creo que no ahí nada en mí que me guste. Me asegure de que el texto estaba bien y lo publique, mi página web era mi rincón donde expresarme, una web donde el autor es anónimo, nadie sabe que soy yo quien escribe, ni mis mejores amigos lo saben. Suspire y me puse a hacer los deberes, afín y al cabo en el horario de mi padre pone que después de esas estúpidas clases toca hacer los deberes, no escribir en tu página web anónima. Después de unas horas acabe el deber y fui a cenar, en la cena, mi padre me comento que este fin de se organizaría una fiesta en nuestra casa, lo cual me sorprendió, él es muy reservado y desde que tengo memoria nunca ha organizado una fiesta, ni siquiera por mi cumpleaños, cuando menciono la fiesta asentí y él se retiro de nuevo a su despacho, eso lo odiaba, era como si él quisiera más a su estúpido trabajo que a mí, acabe de cenar y le dije a la asistente que me iba a mi cuarto, ¿oh? ¿Os sorprendió que tenga una asistente? No mencione el trabajo de mi padre, es diseñador de moda, por eso se pasa el día en su despacho diseñando para nuevas colecciones, y si preguntáis por mi madre, era modelo y actriz, ellos se conocieron cuando mi padre tenia que diseñarle un vestido a mi madre, bueno conclusión de todo esto, vivimos en una casa bastante grande, más que casa yo diría mansión. Subí a mí habitación y me puse a ver los comentarios de la publicación, a la mayoría les gustabas, otros me pedían que escribirá de otra cosas, pero, ¿como escribo cosas que ni yo misma entiendo?

Castillo de sentimientosWhere stories live. Discover now