El Mayordomo

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Otra vez esa maldita campanita, esta es la decimoquinta vez que la toca ese dichoso crío en las últimas dos horas. A la próxima, Tony hará que se la trague.

Anthony era el confidente de Peter en sus buenos tiempos. Compartían trastadas juntos y aunque le sacara 20 años se comprendían como nadie. Hasta que un día pasó lo peor que le puede ocurrir a un niño pequeño.

Él tan solo tenía 13 años y, como era hijo único, heredó toda la fortuna Parker. Los dos años siguientes el chico, que antes era la alegría de la casa, no salía de su cuarto casi ni para lo imprescindible.

Stark intentaba animarle a salir a que le diese el aire o a comer algo, pero nunca le hacía caso, no le habría ni la puerta y, cuando Peter ponía música a todo volumen, Tony ni se esforzaba en pedirle que la bajara. Un día Tony se cansó y entró a su habitación si llamar, siendo él parte de los empleados de esa casa no tenía derecho a hacerlo, aunque se preocupara por el muchacho como el que más.

A Peter su temperamento no le gustó en absoluto y discutieron, algo que jamás había pasado. Desde entonces su relación se enfrió tanto que en vez de 'Peter', 'pequeño', 'Pete', 'Pet', o cualquier otro mote cariñoso, Stark volvió a llamarlo 'Señorito Parker', como cuando empezó a trabajar en esa casa.

Los tres años siguientes Peter volvió a cambiar radicalmente. De no salir de su habitación a estar siempre alrededor de Anthony llamando su atención, provocándole, cabreándole a tal punto que Tony quisiera golpearlo, algo que nunca se le había pasado por la cabeza. Un día era su niño, su hermoso Peter, y ahora era ese criajo insoportable, aunque ya fuera mayor de edad, que le sacaba de quicio cada dos por tres, cuando Anthony tenía una paciencia impecable.

Abre la puerta de la habitación del muchacho que le trae de cabeza. Peter está tumbado en la cama, apoyado en la cabecera de esta y tapado hasta el pecho con las mantas. El brazo lo tiene estirado hacia la mesita de noche donde menea la estúpida campanita que no ha dejado de tocar aunque ha visto entrar a Tony por la puerta.

-Edward, por fin. Creía que mi brazo se saldría de su sitio de tanto mover esta cosa- dijo Peter soltando al fin el instrumento de sus pesadillas.

-¿Necesita algo, Señorito Parker?- obvió el hecho de que le llamara por su segundo nombre, lo hacía últimamente para molestarle más porque sabía que no le gustaba que lo llamaran así.

-Sí, Edward,-Peter contrajo la cara en una mueca de disgusto, a él tampoco le gustaba esa formalidad con la que le hablaba Tony- necesito algo.

-Y qué desea, si se puede saber- es solo estar dos minutos en el mismo sitio que él y los nervios le atacan sin compasión.

-Necesito una ducha, Edward- y dale con ese estupido segundo nombre.

-Pues ahí tiene la puerta del baño, la cual lleva a una estancia faborable para esa necesidad, ahora si me disculpa tengo que...- no le dejó terminar la frase.

-No, Edward. Me vas a bañar tú, yo estoy adolorido del entrenamiento de ayer y no me puedo mover mucho.

-Discúlpeme, Señorito Parker, pero lamento recordarle que eso no está dentro de mis labores- Replicó el mayor.

-Todo lo que sea sobre mi bienestar está dentro de tus labores, Edward- contestó Peter remarcando el nombre como una puya.

Anthony se resignó y procedió a prepararle la bañera con agua caliente. Cuando estaba listo esperó a que Peter se dignara a moverse para entrar. Al ver que no se movía de la cama se acercó a él.

-El baño ya está listo, Señorito Parker, cuando quiera puede entrar.

-¿No me has oído cuando he dicho que apenas puedo moverme? Ayúdame a levantarme, Edward- esto obviamente era más falso que un euro de madera, pero todo sea para llevar a cabo su plan, ¿no?

Fanfics One-shot (Starker Only)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora