En Un Parque...

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Susurran los llantos de una pobre niña, sentada junto con su madre en la banca central del parque, sollozando comienza a preguntar que será de ellas sin su padre, que a causa de repulsivo hombre perdió la vida,
-Madre que será de nosotras, sin dinero, sin casa, no terminaré la escuela.
-No te preocupes cariño, encontraremos la manera juntas.
Mientras se abrazan para consolarse mutuamente aparece un hombre bien vestido, de sombrero alto y saco negro, que con una sonrisa en la boca y guiñando un ojo les hace una extraña proposición.
-Buenas noches damas mías, vengo con gran dicha a comprar la mano de su hija.
-Pero que barbarie dice, no estamos en el siglo quince.
-Lo sé pero necesito una esposa y su hija es perfecta para el cargo, limpia, atenta, cariñosa y bella, es lo que necesito.
-Y a usted como le consta que eso es verdad.
-Porque fui comparañero de juegos y apuestas de su padre, que en paz descanse, y él pasaba pregonando a gritos la maravillosa esposa que tenía y la tierna y consentida hija. Entonces que dice mi señora, ¿Acepta la propuesta?
-Pues no, antes miserable y hambrienta que vender a sangre de mi sangre.
El hombre irritado se marchó, la niña le grita a su madre de manera caprichosa.
-Que pasa contigo madre, el es un hombre adinerado, me dará una vida de lujos que tu no podrías pagar
Y se marchó corriendo hacia la dirección de ese hombre rico.
La madre sólo sollozo durante cuatro días y tres noche, lo que fue suficiente para que la encapuchada huesuda viniese por aquella alma tan pura.

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