Cap 3

199 27 12
                                    

El ir a la escuela para Alistair se había vuelto más pesado pero a la vez liberador.

No se tenía que levantar a las 5 de la mañana para cocinar y llevar comida destinada para que se la comiera Luke y Susan e ir a casa de Luke a buscarlo e ir a la escuela.

No tenía que ir al salón de Luke a traerlo y llevarlo junto con Susan y comer en el comedor de la escuela.

No tenía que esperarlo más tarde por su club de Luke.

Y eso a Luke ya no le agradaba del todo.

Luke se había acostumbrado de la compañía de Alistair desde que estaban en el preescolar. Siempre habían sido vecinos, tenían la misma edad, iban a las mismas escuelas. Por lo tanto el creía que Alistair sería un alfa como el y que seguirian siendo tan amigos cuando fueran adultos y los hijos de ambos jugarían juntos. Pero desafortunadamente no fue así. Se sintió de alguna forma traicionado cuando se dio cuenta de que Alistair tenía sentimientos hacia el que no eran sólo de amistad.

Se dio cuenta cuando tenían ambos 12 años y comenzó a sentir la tierna atención de su amigo. Al menos Luke ya sabía que su amigo era omega porque el le preguntó.

Fue en esos días cuando le dijo a Ali que sus feromonas eran fuertes y que usara mejor perfume, y le regaló uno, el cual aún usa hasta el día de hoy.
Inesperadamente el aroma de ese perfume lo extrañaba ya desde hace días.

Pero después de aquella noche en que vio aquel extraño pañuelo que emitía unas fuertes feromonas maduras, lo había dejado perplejo, pues ahora Alistair lo llevaba siempre de accesorio.

Se sentía de alguna forma inferior. Pues al pasar los días al pañuelo no se le iba el aroma de feromonas como sería normalmente.
_______________________________________

Alistair curiosamente no podía olvidar a aquel hombre de presencia imponente.

Pensó que se iba a sentir como mierda mirando desde lo lejos a Luke con su hermosa amiga, pensó que su corazón dolería cada vez que lo viera, pero no fue asi.

Pero si no llevaba el pañuelo se sentía enfermo, como si algo le pasara, así que lo comenzó a llevar a todas partes, pero el aroma se comenzaba a ir después de una semana.

Era algo extraño, se sentía como alguien enfermo, pero quería que el aroma nunca se fuera.

Así que optó por encontrar de nuevo a aquel aparente vagabundo.

Así que después de la escuela se iba directamente al parque. Esperaba casi 3 horas y siempre venía desde el mismo lugar.

Un porte imponente, parecía alguien que tenía todo el poder del mundo, pero no tenía nada.

Siempre se sentaba en la misma banca y miraba hacia la nada. Fue así que Liam se sentó a lado de aquel hombre.

- ha pasado tiempo niño ¿lo usaste bien?

-¿cuál? - respondió haciendose pasar de que no sabía a qué se refería.

-el pañuelo, supongo que me lo vienes a devolver ¿no?

-si, si, si, el pañuelo, aunque no lo he lavado, lo traigo.

-no importa, es uno de mis preciados pañuelos, así que dámelo.

Alistair sacó el pañuelo de su mochila que había guardado momentos atrás y se lo entregó doblado.

-tenga, muchas gracias.

-no hay de que...

El silencio se hizo compañía y comenzó a hacer tonteras y balbucear.

-niño, si quieres preguntar algo, solo dilo- dijo el hombre suspirando.

Utopía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora