『si es contigo』kookmin o.s. [Psicosis #1]

sanity,

No recuerdo desde cuando o siquiera el porqué me encuentro en este lugar. Me dijeron que las personas enfermas tenían que estar aquí, sin embargo yo...

—¿Cómo te sientes, JungKook?

Yo estoy bien, realmente me encuentro bien.

—No piensas cooperar, ¿eh?— una lastimosa sonrisa formándose en su rostro.

Lo único que necesito es salir. Regresar con él.

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—¿Algo nuevo que contar? Tal vez cómo amaneciste, si te gustó la comida de hoy...— insiste, no entiendo porqué intenta fingir interés en lo que sea aue esté ocurriendo conmigo, sé que no le importa y sólo se esmera en cumplir el trabajo por el que recibe pago.

Esa chica, DaHyun, nunca se rinde.

Seguía sin emitir una palabra, me concentraba en mirar un nido de aves encima de una de las ramas del gran árbol —y único árbol— que puedo apreciar a través de la ventana. La madre estaba alimentando a sus pichones y estos la recibían contentos. Supongo que ver una familia de gorriones es más interesante que esta aburrida sesión de preguntas.

A pesar de no estar viendo a la mujer frente a mí, sabía que estaba anotando algo en su libreta, el chasquido de la pluma rozando con el papel la delataba. Seguro escribía algo como "Se niega a responder mientras envidia a unos pájaros cualquiera".

—Y dime...- comenzó tensa. —¿Volviste a verte con ese chico?

Oh.

Mi atención volvió directamente hacia la rubia sentada frente mío.

—Ya sabes, ese niño pelinegro del que tanto hablas.— sus ojos se iluminaron al notar que por fin pudo captar absolutamente todos mis sentidos.

Así que ese chico.

—¿Hablaron de algo últimamente?

"No le digas a nadie sobre esto, Kookie. Será un secreto entre los dos, ¿entendido?"

—No, no le he visto esta semana.

Eso es lo único que las personas de este lugar deberían saber sobre nosotros.

Mantengo la mirada fija en sus envolventes orbes cálidas. Era una mujer bella.

—Así que eso es, uh...— volvió a anotar en la libreta sobre el escritorio que nos separaba el uno del otro. Un surco formándose en su frente. —Entonces la semana pasada, ¿qué fue lo último de lo que hablaron?

"¿Me lo prometes? ¿Puedes prometerme que de ahora en adelante ellos no lo sabrán? Confío en ti, Kookie."

—Nada en especial, compartimos en sándwich de jamón.

Volteo a ver el redondo reloj de la pared a mi derecha, pronto marcarán las 4 y finalmente podré irme de aquí.

—Ya veo.— me sonrió, era una sonrisa ¿satisfecha? —Nos quedan cinco minutos, más tarde iré con el doctor Baek para presentarle tus avances, JungKook.

Doctor Baek... Supongo que una que otra vez se habrá pasado por aquí, se me hace conocido.

—Estoy feliz, Kook. Haz progresado mucho, hablas más e incluso tus encuentros con ese niño han ido disminuyendo, estás mejorando.

¿Mejorando? ¿En qué debería mejorar una persona sana?

Se alegran de unas mentiras baratas, piensan que estoy enfermo y me dicen que lo mejor es alejarme de él. Es exactamente lo que me advirtió, ellos sólo quieren que nos separemos.