4LF3O

Mí nombre es Alejandra Cherubito, tengo 19 años y vivo en la ciudad de Córdoba, Argentina. Simplemente no sé como explicar esto... así que voy a contar todo desde el pricipio:

Todo empezó una noche de lunes, yo estaba aburrida en mi computadora, usando redes sociales, viendo videos y más... Encontre una nueva red social, no recuerdo su nombre, pero bbasicamente era para gente con gustos por anime, manga, videojuegos, etc. Frikis, para ponerlo más fácil. Entre con el nombre de "Tasurae", simplemente lo inventé, sonaba japones y me gustó. Empecé viendo memes, siguiendo gente y buscando alguien con quien charlar, adoro conversar, pero por chat se me da mejor, siempre fui timida a la cara... No importa, segui un rato y me llega una notificación de un tal "4LF3O", acepté, y me llego un mensaje, su primer: "Hola". Le respondí y tuvimos una charla verdaderamente agradable, duró toda la noche hasta que me fui a dormir, al día siguiente seguimos hablando, es más, mientras estaba en la universidad hablaba con él desde mi celular... Era un chico muy agradable, me decía lo que yo quería escuchar, nuestras opiniones eran las mismas, conectabamos demasiado bien... tanto que era raro, muchos dirian que era de las tipicas personas que hacen eso de decirte si a todo para complacerte y nada más... pero lo hacía tan organico que parecia que fuesemos almas gemelas.

Los días pasaron, sinceramente no podía estar sin hablar con él, ya era hasta necesario, pero lo raro es que a esa altura no sabía su nombre aún, el tampoco el mio, es que nunca llegamos a preguntarnos eso, la conversación era realmente buena como para pensar en eso. Un día, mi celular se apagó mientras yo estaba en clases, justamente estaba hablando con 4LF3O, no había llebado cargador y simplemente no pedí ninguno, faltaba poco para irme, así que dedici cargar el celular en mi casa. Al llegar a mi casa, puse el celular a cargar y me encuentro con más de 30 mensajes de 4LF3O, casi como un novio celoso... qué en dónde estaba, qué cuándo le iba a responder, qué si me había pasado algo... lo más extraño fue un mensaje: "Alejandra, no me hagas esto". En el momento no reaccioné, pero yo nunca le había dicho mi nombre... Le expliqué que mi celular murió, lo tomó bien y seguimos hablando. Me comentó el significado de su nickname, 4LF3O es Alfeo, escrito con números, me contó que era un dios griego, el dios de un río que persiguió a una ninfa hasta donde desemboca. Bastante lindo, también me dijo que le gustaba mi nickname, porque si lo deformas queda "Aretusa", quien era el amor de Alfeo.

Conversación tras conversación, este hombre me empezó a manipular sutilmente, hacía trucos como desaparecer por unas horas para luego hablarme y que yo este con ganas de hablar, me contaba cosas super tristes para generar pena en mí y así yo le diera más atención, o victimizarse todas la veces que tuviera oportunidad. Poco a poco le fui contando intimidades, teníamos mucha confianza, estaba incluso enamorada del tipo, eso sin conocer su nombre... si, una estupida. Un tiempo más tarde me revelo que él era, más bien es, de Corrientes, una provincia también de Argentina. Me dio su número y por fin me dio su nombre, Lautaro.

Dentro de una charla que tuvimos, la cual se había tornado "cariñosa", él, se me declaró. Me dijo que se iba a mudar a mi ciudad para estudiar y para estar conmigo, acepté ser su novia, una relación a distancia no era tan malo, pero cuando acepté empezó a ser más controlador... no de un momento a otro claro, sino que poco a poco me controlaba: "Con quién estas" "Dónde estas",  etc. Era algo normal para mi, lo tomaba como preocupación de él. Esto se incremento, comenzó a ser muy celoso, no quería que salga, que me junte con mis amigas, es más no quería que siga yendo a la universidad. Quería que este las 24 horas del día sólo para él.

Los insultos se hicieron habituales, maltrato psicologico, me despertaba con llamadas a las 3 de la mañana porque decía que seguramente estaba con otro tipo, que era una puta, que me vestia como prostituta... Un día decidí cortar con esa relación. Fue el día en él que el infierno comenzó.

Sus llamadas eran a cada maldito momento, tuve que bloquearlo de todas las redes, me llegaban cartas a mi maldito departamento, la primera tenía escrito: "Siempre supe donde vivias, desde el comienzo tuve tu información, edad, donde naciste, cuando, el nombre de tus padres y obviamente tu casa, bloqueame todo lo que quieras, no te vas a escapar de mi." Esa noche lloré, llamé a la policía, le conté a mis amigas y a mis padres. Pero la cosa no paró, aunque había denuncia, la carta fue enviada de una dirección falsa y un nombre de una señora que nada tenía que ver con algún Lautaro.

Cambié mi celular, no paraba de recibir mensajes y llamadas desde diferentes números, cuando atendía uno sólo escuchaba una respiración pesada y una risa horrible. Aunque haya cambiado el celular, a las pocas horas me llegó un sms de un numero corto, como si fuese una empresa o algo así, que decía: "Te encotré". Llamada tras llamada, tire el celular y anduve incomunicada un tiempo, sentía que así no podía contactar conmigo... a mi e-mail empezaron a llover correos de él, a mi casa llegaba correspondencia todos los días, cartas de amor escritas con tinta roja, peluches y rosas negras de plastico. Tiraba todo apenas llegaba, planee mudarme pero mi dinero no era suficiente para otro departamento. Volví a vivir con mis padres, me siento más segura en esta casa, al menos no esta llegando correspondencia y aunque no tengo celular hasta el día de hoy, es paz. O eso creía.

E-mail, tras e-mail, era casi spam lo que llegaba a mi cuenta, por suerte no soy de revisarla a menudo. Pero cuando lo hice ayer me lleve un gran susto: "Mañana por la mañana voy a Córdoba" eso pegado a una captura de mi ubicación. Para la hora ya debería estar acá. Yo estoy sola en mi casa, mis padres se fueron a la casa de mi hermana mayor de visita por mis sobrinos, yo me quedé a estudiar. Alguien está golpeando la puerta insistentemente hace 10 minutos...

¡MIERDA ENTRÓ! No sé que hacer, simplemente voy a publicar esto antes de cualquier cosa.