Esperanza

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DISCLAIMER: Candy Candy y sus personajes, no me pertenecen sino a Mizuki e Igarashi. La historia a continuación ha sido escrita y editada por su servidora.

Esta historia es de mi autoría, producto de mi relación no sana con la cafeína. El uso de los personajes y sus nombres pueden contener variaciones en sus caracteres y/o similitudes. Así como también partes de la historieta han sido tomadas para fines de la historia que ha sido escrita sin fines de lucro y sólo para entretenimiento.

El precioso fanart lo hizo MaxineWinters19  🥰🥰🥰🥰

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Después de perderla en esa fría noche en aquel hospital y de esa maldita despedida, pensé que no había esperanza de volver a sentir que mi corazón latía, porque desde que la conocí, solo lo hacía por ella.

Estuve por años preso cumpliendo con esa maldita condena, esa labor estúpida e infructuosa de hacer feliz a una inválida, eso fue hasta que mi carcelera sucumbió a la muerte, no me alegro de ello, pero tampoco la extraño. Con mi recién adquirida libertad me repetía una y otra vez esa frase que siempre fuera una pequeña luz en la obscuridad para mí y para la dueña de mi alma, esa rubia pecosa entrometida, “Mientras haya vida, habrá esperanza de volvernos a ver” y sí que lo hicimos.

Esperando un tiempo prudente para honrar la memoria de la desafortunada y desabrida Susana, personalmente le llevé a mi Mona Pecas hasta su Hogar de Pony, una carta dónde yo le decía que nada en mí había cambiado, que la seguía amando.

Afortunadamente ella me recibió y dejamos que el torrente de amor contenido forzosamente por honor y culpa, fluyera desenfrenado y dichoso. Y fue a partir de ahí que recorrimos el camino juntos, con nuestras almas, manos y cuerpos entrelazados, mirando hacia adelante, libres y llenos de nuevo de esa maravillosa palabra que permaneció enterrada por tanto tiempo: Esperanza.

Hoy como los últimos domingos de este verano que casi está por terminar, despierto, camino y la observo, duerme la muy canija como un tranquilo y hermoso ángel. Quién diría que esos ojos verdes y esas pequitas fueran a dominarme, a convertirme en su esclavo, a punta de gritos, risas y llanto, porque puedo soportar todo menos su llanto, esta linda rubia me tiene en su puño y bailo al ritmo que ella me marca. Acaricio su mejilla sonrosada y quito uno de sus rizos de su frente, y justo cuando estoy a punto de despertarla a besos, siento cómo mi embarazadísima esposa me jala de la camisa del pijama y me dice con esa “tierna” voz que sólo logran sacarle las hormonas, en un tono bajo y muy atemorizante:

-Escúchame bien Grandchester, despiertas a tu hija y juro por su vida y la vida que llevo dentro de mí que ¡Te despojo de un solo golpe de tu fábrica de niñitos!- Me habla mientras me apunta con su dedo índice de manera muy amenazante.

-Señora Pecas ¡Casi me matas del susto! solo le iba a dar un besito a Hope, pero últimamente, como el esposo trofeo que soy para tí, sólo me maltratas y me agredes- Digo bajito, con una cara de muy fingido sufrimiento con mi mano sobre mi pecho y gesto compungido.

-Si aprecias tu vida y la de tus “amiguitos”-Le laza una mirada a mi entrepierna-  regresa a la cama, Hope despertará en una hora y yo, pues , amanecí “hambrienta”

-¿Quieres que te prepare unos hotcakes?- Le pregunté ingenuamente.

-Hambrienta de ti, bobo-Me dice con una mirada de Caperucita esperando ser devorada por su lobo, mientras pone su delicada y tierna manecita de manera posesiva en mis “amiguitos”.

- ¡Ahggg!!!-Jadeo sin querer- Qué triste es ser sólo carne de colchón para usted señora Grandchester- le digo mientras me acerco a ella y le doy un beso húmedo, caliente y muy, MUY silencioso.

Las palabras de Candy fueron música para mis oídos, teníamos que aprovechar que nuestro demonio con cara de hada pecosa de 1 año aún dormía a pierna suelta.
Salimos inmediatamente del cuarto de Hope de la forma más callada posible, corriendo como colegiales lujuriosos hacia nuestra alcoba, para amarnos y retozar como hermosos conejitos en primavera, antes de que la otra dueña de mi vida, el huracán Hope, despertara manteniéndonos ocupados hasta matarnos del cansancio.

Esperanza perdida y recuperada, largo sendero recorrido, la mayor parte en absoluta desolación y soledad, pero siempre mirando hacia adelante.

Ahora avanzo ilusionado acompañado de mi recién formada familia, con la promesa de luchar día a día con ellas y para ellas por nuestra dicha.

Es de noche y mis mujeres ya duermen, acostado junto a los amores de mi vida, las encierro en un abrazo, claro, hasta donde me lo permite esa panzota de 7 meses de embarazo de mi bella Tarzán y la forma poco ortodoxa de dormir de la hadita rubia, cierro mis ojos, y mientras siento el piecito de Hope rozar mi mejilla, me dejo envolver en un sueño tranquilo y reparador.

Nunca imaginé que los domingos pudieran ser tan dulces.

Y es así como fluye nuestra feliz y pacífica vida, llena de hermosa cotidianidad.

FIN😁

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