♡ Capitulo 1 ♡

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POV STEFAN

Toqué su piel blanca y suave con mi dedo índice. Llevaba tanto tiempo soñando hacerlo, las horas eran tortuosas al estarla viendo sin poder tocarla, y no es tanto como no poder porque solo estaba a centímetros de mí pero, ¿cómo le explicaría tal acción?

¡Oh, lo siento, pero quería saber si eres tan suave como aparentas ser!

NO, definitivamente no.

Afortunadamente hoy lo estaba haciendo, por fin experimentaba tocar su piel. Se removió entre mis brazos y mi corazón dejó de latir por un momento al creer que la había despertado. Mi mano se mantuvo suspendida en el aire, deje de respirar esperando alguna señal de cambio, los segundos transcurrieron y al observarla, una hermosa sonrisa adornaba su rostro.

Mi dedo siguió por el camino de su hombro, aunque la desviación hacia su pecho me estaba tentando, sin embargo la respetaba demasiado como para aprovechar la ventaja que ahora mantenía sobre ella.

Paré un instante en el borde de su sudadera, baje un poco, solo unos cuantos centímetros y descubrí la unión de su hueso, en vez de continuar hacia su brazo opté por bajar a su cintura, no era lo mismo ya que esa parte de su anatomía estaba cubierta por una gruesa tela con agujeros, la cual llama pijama. La prenda debía ser tres veces su talla y me impedía poder admirar sus curvas, aun me preguntaba el paradero del regalo de Reneé la navidad pasada. Peor era nada así que traté de disfrutarlo ya que no sabía si volvería a pasar.

Percibí un hueco que desaparecía si seguía, pensé que tal vez era su cintura, esa curva que apenas y se distinguía, que solo una vez había admirado, esa vez en la cual mi alocada y querida amiga Caroline la había obligado a ponerse el diminuto traje de baño que se moldeaba justo en esa zona creando un hermoso arco, tan apetecible. La humedad en mi boca me hizo tragar, deseaba tanto probar ese arco, sentir el dulce de su piel, la suavidad y el olor que desprendía mi Bella.

Un suspiro salió desde su pecho, dio un giro y quedó frente a mí, su pequeño brazo me envolvió y escondió su rostro en mi pecho, el cual subía y bajaba más rápido que las alas del colibrí.

—Stefan —susurró.

Una sonrisa idiota se formó en mis labios, quería creer que ella sentía lo mismo que yo. Porque sí, yo Stefan Salvatore, el chico más tímido y anticuado de Mystic Falls, estaba infinitamente enamorado de su mejor amiga, Isabella.

Ella era la mujer más hermosa, inteligente, graciosa, tímida... que había conocido, amaba todo de ella, era mi otra mitad, mi alma gemela. En los cinco años que nos conocíamos nunca habíamos peleado y conectábamos como dos piezas de un rompecabezas.

¿Que por qué no se lo había dicho?

Fácil, ella solo me veía como su amigo, aunque Bonnie siempre me había insistido en decírselo. Que nunca sabría si ella me amaba si no se lo preguntaba, pero me daba miedo perderla, alejarla de mi lado. Si ella se enteraba perdería su amistad y me odiaría, eso es lo más seguro, porque, ¿cómo un ángel me querría?

Rocé con mucho cuidado su mejilla, la cual estaba rosada, era la cosa más tierna de ella. Por lo regular siempre que estaba a su lado sus mejillas se sonrosaban, al principio creí que era porque le gustaba pero después lo descarté, ya que muchas veces me había dicho lo buen amigo que era, aunque nunca había disminuido.

— ¡Ahhhh! —Escuché un fuerte gemido al otro lado de la puerta—. ¡Sí! ¡Así! —seguían gritando, volteé a ver a Bella, gratamente seguía durmiendo, si que era de sueño pesado.

— ¡Ahhh! —un grito más se escuchó pero era muy grave, como si fuera de...

— ¡Charlie! —gritó una mujer, se escuchó como la voz de Jenna, la tia de Elena y Jeremy, algunos de mis amigos.

Deliciosos Sueños HumedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora