♡ Capitulo 2 ♡

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Bella POV

Me removí entre sus brazos, podía sentir el toque gélido de su mano que recorría desde mi mejilla hasta mi cuello.

No estaba segura de que fuera un sueño, porque mi subconsciente me decía a gritos que no, que esto era real. Pero yo sabía que solo en un sueño era como podría estar en sus brazos.

Él era el ser más hermoso, cariñoso, amable y comprensivo que había tenido la fortuna de conocer. Lo malo o bueno es que era mi mejor amigo.

Había soñado tanto tiempo con esta dulce caricia. Él me había tocado tantas veces durante este largo tiempo, pero no se comparaba con lo que ahora sentía, esos antiguos roces solo habían surgido de la reacción al levantar el brazo y tocar "accidentalmente" el mío, al tomar mi mano para poder correr juntos y así ganarles a nuestros competidores, al limpiar mis lágrimas por haber tropezado...

Este era un roce más cálido, intimo. El roce que solo se le da a la persona que más amas en el mundo, a la persona que deseas por sobre todas las cosas, a la persona con la que anhelarías pasar el resto de tu vida a su lado... Esa persona que te corresponderá.

Solo la punta de sus dedos me tocaban con el miedo de que fuera a romperme. Sin duda no lo haría, pero que me quemaba a su paso. La piel me cosquilleaba y estaba segura de que me dejaba una marca con un mensaje que decía "mío".

El roce fue descendiendo y sentí como el borde de mi sudadera se deslizaba por mi hombro y el toque gélido me volvía acariciar.

Su mano siguió bajando hasta toparse con la incómoda sudadera —que me impedía seguir sintiéndolo— y se detuvo un momento en la curva de mi cintura.

Imaginé como la molesta tela se fundía con mi piel y su mano volvía a acariciarme, bajando lentamente hasta la unión de mis piernas. Esperé a que bajara pero esto no sucedió, la molestia creció en mi interior, pero su dulce tacto me conmovió. El sueño se hizo más real al saber que así era mi Stefan, dulce. Sonreí ante aquello y un satisfactorio suspiro se escapó de mis pulmones.

Abracé el cuerpo de mi Stefan y lo miré a los ojos, los cuales brillaban en la oscuridad, escondí mi rostro entre su pecho y respiré su aroma. La felicidad me inundó internamente, poco faltó para que me levantara y brincara sobre la cama.

—Mi Bella —me susurró Stefan al oído.

—Stefan —le contesté.

Con solo nuestros nombres nos decíamos lo mucho que nos amábamos. No hacían falta más palabras, la forma en que mi nombre salía de sus labios me lo indicaba.

Seguimos abrazándonos por más tiempo, los suyos me sostenían contra su duro y cálido pecho, mientras los míos le rodeaban por la espalda. De sus labios salía una hermosa melodía que solo yo lograba escuchar. Y los latidos de nuestro corazón resonaban contra mi oído, el subir y bajar de sus pulmones me confortaba. Los ojos se me estaban cerrando. En mi mente bailaban imágenes de Stefan, recuerdos del chico al que amaba de toda la vida. Desde un pequeño niño de ojos verdes hasta el joven alto y rubio/castaño que era hoy en día, pasaban ante mis ojos. El recuerdo de su boca a escasos centímetros de la mía
apareció en un instante, el calor subió por mis mejillas.

Stefan rozó una de ellas y la temperatura aumentó a pesar de la frialdad de su piel. Me removí un poco y le besé la barbilla. Él sonrió ante tal gesto y yo me giré, acomodándome para que dejara de observarme. Él me envolvió de vuelta entre sus brazos tarareando a mi oído.

Sin embargo, de repente se alejó de mí. Me giré para observarlo y ya no estaba. La desesperación se apoderó de mí y giré a todos lados, llamándolo. Él no respondió.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2014 ⏰

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