Me acerco por detrás en el callejón, ella está distraída jugueteando con un mechón de su pelirroja melena.
Es tan bonita que el monstruo que hay en mí la reclama con fervor, necesito hacerla mía.
Deslizo la cuchilla en mi mano y antes de que note mi presencia la apuñalo una y otra vez, ensañándome enfermizamente con su cuerpo, creando un macabro escenario de mi retorcido arte.
Después me alejo tranquilamente, no sin antes haber firmado mi obra «Jack».