Mi segunda oportunidad

Parte única

ESTA HISTORIA FUE REVISADA Y CORREGIDA EL 20/02/2022

El sonido de la música la ensordeció no bien entró a la casa de Kim. La fiesta había comenzado hacía una hora, y ella, como siempre, había llegado tarde. A pesar de eso, Marinette no se arrepentía de haber tardado media hora en la ducha, ni de alargar unos cuantos minutos su sesión de maquillaje. De lo que sí se arrepentía, era de no haber inventado una de sus absurdas excusas para no asistir a la fiesta en primer lugar.

Después de todo lo que había ocurrido con el maestro Fu, y su agotadora lucha contra Miracle Queen y Heart Hunter, Marinette terminó totalmente cansada y devastada. No se encontraba de humor para ir a una fiesta después de aquello, pero si coincidía con Chat Noir: debía despejarse, y tomarse el presente con un poco de calma. Por un momento, dejar sus responsabilidades a un lado le haría muy bien, o eso era lo que ella y su mejor amigo pensaban.

— ¡Al fin llegaste, chica! — la saludó Alya, extendiendo sus brazos para recibir a su amiga entre los suyos, cosa que espabiló a Marinette por completo de sus pensamientos. La morena le echó una mirada de pies a cabeza y no pudo evitar soltar un silbido. — ¡Estás hermosísima! ¿Acaso se trata del nuevo conjunto que pasaste semanas diseñando? — le preguntó, dándole una palmadita en la espalda para felicitarla. Marinette se sonrojó ante el cumplido de su amiga, y pasó un mechón de su cabello atrás de su oreja, para disimular su pena.

— Pues, sí. Terminé de confeccionarlo hace unos días... — le contestó pasando una mano por su vestido rosa bebé para estirarlo, mientras que Alya pasaba un brazo por su hombro y la guiaba por el Hall de la casa de Kim hasta la sala de estar.

La música las envolvía más y más cada vez que se iban acercando a su lugar de procedencia. No bien entraron al cuarto en cuestión, Marinette se asombró por la cantidad de gente que Kim invitó a la fiesta de fin de año. Allí se encontraban la mayoría de sus compañeros de clase, como también de la paralela, y algunos chicos de años superiores, todos amigos de Kim. No pudo quedarse a observar con detenimiento todo el lugar, por que Alya la llevó rápidamente a dónde se encontraban todos sus amigos.

— ¡Marinetteee! — exclamó Kim, alegre por verla. Se acercó tambaleante a dónde se encontraba su amiga, tomándola por sorpresa. La abrazó fuertemente por el cuello, logrando que soltara un chillido ahogado.

— También me alegro mucho de verte. — lo saludó Marinette con la voz ronca. Kim la sostenía tan cerca suyo que Marinette tuvo que fruncir la nariz por fuerte hedor a ron que desprendía la camiseta de Kim. Enseguida dedujo que su amigo estaba más borracho que una cuba, y que probablemente alguien, le hubiera volcado un vaso con alcohol encima.

— Ahora que estamos todos, ¡a bailar! — gritó Kim alzando su puño al aire, recibiendo vítores en respuesta por parte de sus compañeros.

Kim echó a correr a dónde se encontraban sus amigos de otros años, dejando a sus compañeros de clase solos en una esquina.

Mientras cada uno comenzaba a entablar una conversación con el que estaba a su lado, Marinette rascó un poco su brazo, un tanto incómoda por el ambiente de aquella fiesta. La mayoría de las personas estaban ebrias, gritando, bailando, y haciendo un concurso para ver quién bebía más. Ella no aprobaba para nada el comportamiento de ellos, ya que mantenía una fuerte postura sobre el consumo de alcohol en adolescentes. Aun así, no había nada que pudiera hacer. Estaba segura que si intentaba esconder las bebidas, los invitados la criticarían de pies a cabeza. Por lo tanto, debía tragarse la impotencia y asegurarse de cuidar a sus propios amigos.

— ¿Marinette? — una voz suave y grave que reconoció enseguida, la llamó y posó una mano sobre su hombro, espabilándola. Ella se dio vuelta para encontrarse con Luka, que la miraba con genuina preocupación. — ¿Estás bien? Te llamé tres veces. — Marinette cambió su cara al instante y se sonrojó por su cercanía. Hizo un ademán con la mano para que se despreocupara, y le contestó: