Butter || Fack

✨DERRETIDO✨

🎶Buttercup, Jack Stauber🎶

Como mantequilla, esa sería la definición perfecta para describir cómo se sentía en ese momento.

Finn Wolfhard se sentía como mantequilla cuando estaba a su alrededor. Como la mantequilla en el fuego a la temperatura ideal, cuando puedes moldearla entre tus dedos a tu antojo, sin quemarla o hacerla humear; y no fría, cuando es difícil cortarla con el cuchillo de untar.

Dio un sorbo más a su sweet cinnamon, una bebida bastante dulce a su parecer… aunque, nunca tan dulce como los labios de su amado.

Porque los labios de Jack Dylan Grazer no eran de este mundo, te electrificaban y te hacían desear quedarte por siempre ahí. Absorbían tu alma y la última pizca de cordura que tuvieras con ellos; te dejaban sin aliento, arrastrándote hasta un abismo donde el único oxígeno que existía, era el liberado por el dueño de esos labios de pecado.

Jack bailaba despreocupadamente en la pista, sin notar que un pelinegro no podía apartar la mirada de él y no es que no quisiera, simplemente no podía.
No cuando Grazer se veía tan encantador, moviendo sus caderas al ritmo de la extraña canción, con sus rizos alborotados por un lado, los ojos brillándole por la alegría, con el sudor perlando su tersa piel, y sonriendo tan lleno de vida.

Finn desearía ser ese sudor para poder recorrer su cuerpo tan descaradamente y que nadie le dijera nada.

I’m locked up on the button
(Estoy atrapado en el fondo)

La frase de la canción lo golpeó tan directamente que incluso tuvo que sujetarse de la barra para no caer.

Tambaleándose en su lugar y totalmente mareado, sabía que era verdad. Estaba tan en el fondo de esa locura, cayendo sin freno alguno en ese pozo que parecía no tener fin; porque con cada nueva sonrisa, Jack lograba que se hundiera más… atrapándolo en su juego.

En un momento dado, Jack por fin se percató de su atenta mirada, y sin dejar de sonreír o de bailar, lo arrastró con él hasta el centro de la pista. Compartir una canción no le hacía daño a nadie.

La oscuridad reinaba en la mayor parte del lugar, salvo por las tenues luces que los cegaban muy de vez en cuando, ahí, arremolinados entre tanta gente, se sintieron infinitos.

El menor mecía sus manos rápidamente, logrando hacer movimientos extraños que Finn no dudó en imitar. Luego sus miradas chocaron y una chispa fue encendida, nuevamente.

Jack tomó las manos del pelinegro, y tembloroso, las guío hasta que Finn tenía sus blanquecinas palmas en las caderas del castaño. Finn no se opuso, no cuando su mirada había quedado atrapada entre los orbes chocolates de su compañero, destellando tanto que parecía que la maldita vía láctea se había mudado ahí.

Can’t look at your eyes
(No puedo mirarte a los ojos)
Without sparking some
(Sin provocar algo)

El menor colocó sus manos detrás del cuello del pelinegro, rodeándolo, haciendo que este se acercara más a él.

Con sus respiraciones chocando como dos olas furiosas y su mirada perdida en la del otro, no dudaron ni un segundo en dejarse llevar por la emoción del momento.

–¿Vas a besarme Finnie?

Sus palabras le cortaron el aliento, y no solo eso, el tono meloso y sugerente con el que se lo dijo, lo tenían babeando y sin la capacidad de razonar nada.

–¿Quieres que te bese?

Quizás la pregunta era un poco tonta para su situación, pero la última vez que se habían besado, las cosas no habían terminado precisamente de la mejor manera, de hecho, Jack se había enojado tanto con él, que había dejado de hablarle… al menos hasta ese momento.