"Recuerdos"

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¿Soñar con chicos guapos? ¿Soñar que podía volar? ¿Soñar con libertad? Tal vez, mi sueño más anhelado era salir, pero... Ya no era una buena opción, estaba acostumbrada a este lugar, estaba conciente de que para salir de aquí, necesitaría esperar mucho tiempo, tal vez... Un milagro.

Todos los días, le pedía a Jake que me trajera una tiza, por supuesto, no me la dejaría, según el, podría hacerme daño ¿Con una tiza? Si, me gustaba trazar pequeñas rayas en mi habitación cada día, así fueron pasando los años, sinceramente, ni yo supe cómo sobreviví a estar aquí. Jake me brindaba fuerza, seis años, la pequeña niña de 11 años que algún día llego a este lugar, sola, indefensa, seguía presente en mi, pero ahora, esa niña tenía 17 años, ¿Recordaba algo de lo que pasó hace 6 años? No, mis recuerdos seguían oscuros, pero siempre podía haber algo nuevo, un nuevo comienzo, las flores se marchitan, el aire sopla y eso es una señal, de que el otoño llega, para mi significa otro año, más posibilidad de salir.

Me dirigía al comedor como todos los días, típica ropa blanca, típica soledad. Me senté en la esquina de la mesa con los demás, pero algo o alguien, llamó mi atención, un chico.

Venía en compañía con un guardia, podría ser nuevo, jamás lo había visto, o más bien, jamás había puesto atención a los de mi al rededor, mi vista volvió a el, se dirigía al comedor, vestía ropa gris, no blanca como los demás, tenía un grandioso porte y estaba mirándome...
Esperen.

Cerré mis ojos con fuerza y mi atención se fue de nuevo a mí comida, Levante lentamente la mirada, para asegurarme que el ya no estaba, pero en ese gran fallido intento de no ser vista o actuar natural, tire la comida encima de mi, no sé cómo pasó pero en un instante todo mi desayuno se posaba en mi ropa, me levanté rápidamente y cuando lo mire, me dedico una sonrisa de lado.

- Scarlett ¿Estás bien? - pregunto Jake a mí lado.

- Si, si, si, fue un accidente - respondí.

- Será mejor que te acompañe a tu habitación a que te pongas ropa limpia.

- Jake, puedo ir sola - dije, mientras sacudía un poco la ropa. Mal, lo único que lograba era esparcirla más y ensuciar mis manos.

- Conoces las reglas Scarlett - mencionó Jake

- Y tú me conoces a mí, lo suficiente para saber que no fue planeado como plan de escape.

Jake río.

- Tal vez, por fin esa cabecita haya pensado algo.

Me resigne, jamás podría contra el.

- Bien, vamos.

Camine por el comedor a la salida, mi instinto me hizo girar mi cabeza levemente para ver si se encontraba de nuevo el chico dónde anteriormente estaba, pero ya no, se había ido.

Llegamos a mi habitación. Jake se quedó afuera, por supuesto, me vestí y le dije que ya podía pasar.

- ¿Algún recuerdo? - pregunto

- ¿Tú quieres que me vaya? - declare y solté una carcajada.

Y claro eso es lo que lograba desde que llegué, un recuerdo sería mi única salvación de este infierno, aunque al menos en el infierno te ganas tu lugar, a mí me trajeron porque no había otra opción.

- solo era una pregunta - Dijo Jake.

- Solo era una respuesta - respondí - Jake... ¿Hoy entro alguien nuevo?

- déjame pensar... No

- ¿No?

- No

Significa que el ya estaba aquí.

- ¿Puedo ir a continuar mi desayuno? - interroge a Jake

- ¿Ya no te tirarás la comida encima?

- Fue un accidente.

- Bien, vamos

Abrió la puerta de la habitación y nos dirigimos al comedor. Jake además de ser el que cuidaba de mí y encargado de mi problema, ya lo tenía considerado como alguien de la familia, además no conocía a nadie y eso que 6 años no son nada.

Llegamos al comedor. Me dieron un nuevo plato con comida, me acerque a la mesa, dónde ya solo quedaban unas 10 personas, me senté en el banco y me dispuse a terminar lo que no había podido hacer, comer.

Estaba comiendo muy tranquilamente cuando ví de reojo una silueta, supuse que era Jake que vino a reclamarme por no comer rápido como lo hacía siempre.

La silueta se posicionó a mí lado y después se sentó en el banco enfrente mío, levante la mirada y era el... El chico

- Hola - sonrió - Soy Ryan

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Hola aloha.

- Lara

Espero que les guste.

El llamado oscuro de un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora