capitulo 12 • no temas•

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Narrador omnisciente

Mientras una horrenda pelea daba inicio, en el centro de ese tumulto de vampiros, a tan sólo unos metros un hombre miraba a su mate con temor, temor a que saliera herida, temiendo que las cosas salieran contrario a lo que el desea.

Su pecho latía con tanta fuerza que  parecía que de un momento a otro saldría disparado de su pecho.

Quería detener la pelea, lo deseaba, quería de alguna manera poder hacerlo, pero no podía, ella había aceptado y nadie podía interferir.





Ella lanzaba mordidas, gruñidos y mostraba sus colmillos, el lanzaba puños, golpeaba con sus garras y usaba sus afilados dientes.

El príncipe  tomo el cuello de la loba entre sus brazos, ella hacia fuerza con su cuerpo para poder liberarse. Se lanzo al suelo aplastando el cuerpo frio del vampiro intento morderle, pero el cada ves hacia más presión, el creía que estaba ganando, pero no conocía la terquedad de la loba ella no se iba a detenerse por nada en el mundo.

Empezó a renovarse con fuerza, demasiada fuerza de manera que al vampiro le costaba sostenerla y su agarre se hacia más débil. Cuando ella vio la oportunidad mordió su brazo, el chillo y la soltó.

Se empujaban, mordian y lastimaban mutuamente. Ninguno de los dos quería perder.

El quería venganza, ella había matado a su novia la persona con la cual pensaba reinar dentro de unos años, si bien no era su tua cantante la quería.

Ella no podía morir no ahora, todavía tenía el deber de cuidar de sus hermanos no podía dejarlos ahora, no en este mundo donde no se puede confiar en la gente.

Ambos se resignaban a morir.




Sudor frío recorría la ancha espalda del alfa de la manada  ojos de luna, al igual que su frente, al mismo tiempo un escalofrío para nada agradable le recorría todo el cuerpo, y una sensación de vértigo se situaba en su estómago

Un sentimiento que no sentía en años y que pensó que nunca volvería a sentir

Las manos le sudaban y temblaban ligeramente, aunque el intentaba disimularlo, pero le costaba no podía apartar los ojos de su amada

Extraño, para el ya era su amada aún sin siquiera conocerla del todo

Pero asi era.
Su lobo estaba inquietó, quería salir y poder matar a ese hijo de puta que reto a duelo a su mujer.

Aunque ella luchaba bastante bien no se podía calmar.





La loba blanca salto sobre su contrincante y tomo entre sus dientes su hombro mordiendo con fuerza, pero el vampiro no se quedó quieto golpeó con su puño una y otra ves las costillas de la loba, pero ella se negaba a soltarlo, por lo que el vampiro empezó a golpear su garganta con fuerza de manera que le costaba respirar y la fuerza de su mandíbula disminuía y para el final clavo sus garras en el estomago de la loba llenando de sangre sus manos, esta ves el agarre de la mordida de el hombro disminullo considerablemente y cuando esto paso el vampiro con un potente rodillaso la mando al suelo en busca de aire tratando de recomponerse lo más rápido posible, mientras que el vampiro maldecia a los cuatro vientos por la gran herida que se encuentra en su hombro.
Cuando ella en segundos se recuperó, corrió hacia el y con todas sus fuerzas lo mando a volar para después caer en una casa a unos seis metros. El vampiro salió de está como una fiera para enfrascarse devuelta en una pelea que parecía interminable

Corazones de roca(borrador, Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora